Aspectos fundamentales de la comunicación tradicional establecieron que el intercambio de mensajes se llevaba a cabo entre un emisor y un receptor. Recientemente maestros y expertos han incorporado la novedad del  perceptor. 

El perceptor es la persona que no sólo recibe físicamente el mensaje (oídos, vista, etc.). También puede establecer una apreciación crítica para asumir una postura y discernir si la información contiene la claridad, congruencia e intención que garantiza sea comprendido por cualquier individuo que tenga acceso al tema (especialmente si presenta dificultades o existe una referencia previa del individuo o institución que lo propone).

En la práctica, cuando un superior explica a un subordinado cierta instrucción, es común que termine diciendo: ¿Me entendiste? Si bien esto podría ser suficiente, en otros casos lo correcto será preguntar: ¿Dime qué entendiste? y escuchar la explicación solicitada. En caso de una respuesta equivocada debe pensar que ha transmitido incorrectamente su solicitud y plantearla otra vez.  Si de nuevo existe discrepancia se recomienda tomar en cuenta el nivel del emisor-perceptor y definir si son las personas indicadas para dar o recibir información.

Muchas personas afortunadas establecen puentes que permiten que sus puntos de vista se difundan por sendas concisas. Proponen opciones diáfanas por donde las palabras y sentidos van de ida y vuelta. La oportunidad hace crecer acuerdos y coincidencias favorables. 

Muchos otros desafortunados construyen callejones con espejos colgando de las paredes. Ahí su verborrea retroalimenta su engreimiento y a fuerza de observarse y escucharse a sí mismos, día a día, agrandan su vasta ignorancia hasta terminar al fin el periodo por el que fueron popularmente electos.

Quince agrupaciones del sector privado del estado, en espera de una explicación, firmaron un desplegado en el que exhiben a los diputados yucatecos federales que votaron a favor de la nueva miscelánea fiscal. 

Al no recibir respuesta hasta ahora de todos los involucrados, el Consejo Coordinador Empresarial de Yucatán debe considerar que no fue suficiente su reclamo, y con la sapiencia del que sabe la calidad e intereses de los perceptores políticos que nos representan, replantear de nuevo su cuestionamiento de manera diferente. Vaya biem.