¡Conectemos la lengua con la razón!

Hay muchas cosas que no tienen vuelta atrás, y una de ellas son las palabras dichas, por eso es muy importante que no hablemos sin pensar en las consecuencias, creemos que es muy fácil soltar la lengua y que las cosas se pueden arreglar con una disculpa.

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Hay muchas cosas que no tienen vuelta atrás, y una de ellas son las palabras dichas, por eso es muy importante que no hablemos sin pensar en las consecuencias, creemos que es muy fácil soltar la lengua y que las cosas se pueden arreglar con una disculpa.

Tal vez haya cosas que así pueden funcionar, pero hay cosas que decimos que pueden ocasionar un gran problema, debemos ser muy cuidadosos con las cosas que decimos.

Si conectamos la lengua con la razón seríamos mucho más mesurados cuando de hablar de alguien se trata, hay algunos puntos que debemos tomar en cuenta antes: 
1.- ¿Lo que diré afecta a alguien más?
2.- ¿Lo que diré mal de alguien más a mí me beneficia?
3.- ¿Lo que voy a decir de alguien más podría decirlo aun que la persona estuviera presente? 
4.- ¿Lo que voy a decir me consta o es una pasar lo que me dijo alguien a mí?

Como éstas, hay muchas preguntas que podríamos hacernos antes de abrir nuestra gran “bocota”, la que considero más importante es si podría sostener frente a la persona de la que hablaré lo mismo que con tanta facilidad hablamos tras sus espaldas, pero mantenerlo sin provocarle un conflicto, es decir no en plan de hacer un gran pleito, porque sé que muchas personas de manera altanera dirán claro que ¡se lo digo en su cara!, aunque pensemos que el poner en evidencia a una persona nos hace valientes, de alguna manera a nosotros nos crea un conflicto.

No es de paz actuar así, muchas veces el creer que sacamos ventaja de ciertas situaciones tarde o temprano se vuelven en contra nuestra, no hay nada más agradable que una persona que no crea conflictos, que no es indiscreta, alguien confiable siempre será bienvenida en cualquier lugar y agradable para todos los demás, si alguien hace alguna cosa que no está bien, no es de nuestra incumbencia, cada quien debe ser responsable de sus actos y responder individualmente ante ellos , el creer que haremos justicia inventando chismes, porque desde el momento que algo no nos consta lo que salga de nuestra boca será un chisme, y un chisme es una cuestión muy delicada, es una bola de nieve que no sabemos de qué tamaño puede resultar o qué consecuencias puede traer, ante todo debemos tener respeto por los demás, no hay frase más cierta que la que dice “el respeto al derecho ajeno es la paz”, y si mostramos respeto por los demás, seguramente obtendremos respeto para nosotros mismos. 

Hoy aprovecho para felicitar a todos los niños en su día, y para ¡el niño grande que todos los adultos traemos dentro! ¡Hasta la próxima semana!

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