Congruencia

La SCJN está por decidir esta semana no la legalización del comercio de la marihuana, sino un amparo promovido por una asociación civil para poder cultivarla para el autoconsumo.

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A falta de un debate formal, con sede, sesiones, tribuna, registro, fecha y procedimiento para sacar conclusiones previamente programadas, la sociedad mexicana a través de los medios, de manera espontánea, mas no por ello inválida, ha desarrollado su propia deliberación pública sobre el consumo, producción y comercialización de la marihuana.

Lo que seguramente tiene que ver con el proceso que para su despenalización  va ganando cada vez más adeptos en la sociedad norteamericana, ocasionando que más Estados  lo acepten tanto por sus propiedades medicinales como recreativas y, por otro lado, por el costo en vidas humanas que ha tenido en México el combate al tráfico de drogas, contradictoriamente promovido y parcialmente costeado por los Estados Unidos.

De lo escabroso del tema da cuenta, además de evasión de los políticamente correctos, la toma de posiciones radicales a favor o en contra de las agrupaciones confesionales y las autonombradas “progres”. Sin embargo, aunque pueda tener repercusiones más amplias, lo que la Suprema Corte de Justicia está por decidir esta semana no es la legalización del  comercio de la marihuana, sino un amparo promovido por una asociación civil para poder cultivarla para el autoconsumo.

Aparte de las creencias religiosas o de las cuestiones morales, el asunto es, a mi juicio, legal, de congruencia jurídica. Y si consideramos que, en nuestro país, el consumo de la marihuana no es considerado, per se, un delito, como lo es su comercialización y la producción para el comercio, resultaría simplemente congruente autorizar su producción para el autoconsumo, pues de otra manera se orillaría al consumidor a delinquir, comprándola.

No se trata, creo yo, de promover su consumo, como no se debería hacer con productos con exceso de azúcar, grasas y colesterol, los cigarrillos y el alcohol, pero tampoco de criminalizar a los consumidores, pues sería como hacerlo a  quienes antes de comer se toman un buen aperitivo o los que se exceden en el consumo de chocolates.

No debemos llegar al exceso, presagiado por la ciencia ficción, en que se nos impida encargar una pizza, argumentando que los minuciosos registros obligatorios indican que nos hemos excedido en el consumo de calorías legalmente permitidos.

Sorprendente.-  Ante los graves problemas del escenario económico mundial, caracterizado por la revaluación del dólar, la baja de precios del petróleo, el crecimiento del desempleo y la inflación, resulta satisfactorio constatar el buen desempeño de la economía nacional, cuyo PIB ha observado, según el Inegi, un crecimiento del 2.4% en el tercer trimestre de este año, superando las previsiones del Banco Central. Lo que indica que han sido buenas las decisiones macroeconómicas que ha tomado el gobierno. Lo verdaderamente sorprendente es que  a nadie le interese, menos a las redes sociales de difamación.

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