Al estar elaborado por esta administración, en el Paquete Económico que presentó el Gobierno del Estado para el ejercicio del año que viene, podemos observar  cuáles son sus verdaderos objetivos y sus principales  prioridades. Pues al carácter ordenado y austero con que abordó inicialmente su administración debe agregarle ahora la capacidad de hacer y para ello debe orientar los recursos económicos a fin de alcanzar sus objetivos en los plazos establecidos.

Destaca en principio el esfuerzo de planeación realizado buscando maximizar  el impacto de los recursos públicos estatales, partiendo primero de reducir el costo del aparato burocrático para contar con mayor capacidad de inversión y así estar en condiciones  de aprovechar  al máximo el efecto multiplicador que deriva  de los esquemas de los programas  federales, donde los recursos que provienen de ese nivel se incrementan conforme a las aportaciones de los fondos locales.

De esta manera la inversión estatal se orientará en primer lugar para apoyar las actividades productivas a fin de desarrollar las actividades agropecuarias, de la pequeña industria y el turismo, a través de las Secretarías de Desarrollo Rural y Fomento Económico, cuyos fondos aumentaron en 47% y 104%.

Otra parte importante de ellos se destinaría a las tareas de combate a la pobreza y sus secuelas a través de la Secretaría de Desarrollo Social, que tuvo un alza presupuestal del  137%.

La seguridad y la impartición de justicia reciben también atención estratégica al percibir, la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía General del Estado, incrementos del 25% y 21% respectivamente.

Está claro que los incrementos presupuestales no se deberán utilizar para incrementar la nómina de cada una de las dependencias sino para ampliar sus alcances, programas y beneficiarios.

Así, Rolando Zapata, en un buen ejercicio de ingeniería presupuestal, ha sido capaz de presentar al Congreso del Estado un paquete económico que considera incrementos importantes en la inversión pública, que sorprendentemente no se supeditan a la creación de nuevos impuestos ni al alza de los ya existentes, así como tampoco a la adquisición de mayor Deuda Pública, lo que constituye su principal virtud.

Ordenar y reorientar el gasto público para maximizar su impacto en las actividades productivas no sólo es un buen método para impulsar el desarrollo económico de la entidad, también  resulta un ejercicio de congruencia personal y una muestra de su capacidad de realización.          

Capacidad que cuenta con el aval del presidente Enrique Peña Nieto, que vino a demostrarle  su  respaldo, anunciado una nueva era para el área maya, con el impulso del Tren Transpeninsular.