“Consigo dinero con pura saliva”
“Soy el empresario que más vende tiempo compartido en el mundo en un solo proyecto”, presume Coppel.
Ernesto Coppel está invirtiendo 40 millones de dólares en un campo de golf… y no sabe jugar golf.
¿Una locura? No, una inversión para aumentar el valor a todos sus desarrollos hoteleros en Los Cabos.
Coppel es el propietario de la cadena Pueblo Bonito, que suma unas 2 mil habitaciones en un espacio de 850 hectáreas con grandes vistas al mar. Es un empresario que ha sabido consolidarse en el nicho de los ‘tiempos fraccionados” y que ahora, desde hace muy poco, está sacando aún más el jugo a sus propiedades ofreciendo también servicios de hotelería tradicional.
“Soy el empresario que más vende tiempo compartido en el mundo en un solo proyecto, el Sunset Beach en Los Cabos”, me presume Coppel mientras bosqueja cómo será su nueva inversión. “Fui comprando poco a poco terrenos y haciendo hoteles y villas, pero con pura saliva y corriendo el riesgo. Siempre me han salido bien mis jugadas”. Después de una caída en ventas en los últimos años, este 2013 le ha dado excelentes ganancias al grupo y una ocupación permanente de 90%, que lo han llevado a comenzar la construcción del campo de golf.
Su apuesta ahora es volver más atractivos sus desarrollos con un servicio de alto nivel que no tenía. Por eso, si bien se tardó un par de años en conseguir los fondos (hoy la mitad son vía Bancomext y mitad propios), está abocado a terminar el Club de Golf Quiviria, un campo donde siete de los 18 hoyos están directamente sobre el mar, un campo que lleva el diseño y la marca del afamado Jack Nicklaus. ¿Cuánto cobra el gran jugador y diseñador para poner su firma a un campo? Unos 1.5 millones de dólares.
Para poner en contexto, se trata de uno de los campos de golf más grandes de México y Norteamérica.
Este será un servicio para los 80 mil clientes de tiempo compartido que tiene en sus propiedades de Los Cabos, pero no será el único. “Siempre mi idea original fue hacer dos campos de golf. En dos años arranco con el segundo proyecto”, agrega Coppel.
La inauguración de Quiviria será en febrero del año que viene, y espera en el primer año vender 10 mil ingresos a su campo.
“Tengo un par de meses para practicar, porque quedamos con Nicklaus que lo vamos a estrenar jugando juntos”. Enamorarse de un deporte, desembolsar 40 millones de billetes verdes, no le ocurre a todo el mundo.