Contra la comida chatarra

Muchos años tuvieron que pasar, pero finalmente la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris)...

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Muchos años tuvieron que pasar, pero finalmente la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), determinó prohibir la publicidad de comida chatarra en ciertos horarios de la televisión, para evitar que el grave problema de obesidad infantil y el sobrepeso siga su curso hasta convertirse en un asunto inmanejable.

La decisión es que a partir de ahora, la publicidad de refrescos, botanas, confitería, chocolates y toda la extensa gama de comida basura, queda prohibida en horarios de 14:30 de la tarde a 19:30 horas de la noche de lunes a viernes y de 07:00 a las 19:30 horas los sábados y domingos.

Hasta que se dieron cuenta que el incremento brutal de la obesidad y el sobrepeso en la población infantil de nuestro país, se estaba convirtiendo en un problema de salud pública que podría provocar el colapso de los servicios médicos,tomaronestas medidas que de todos modos no son suficientes.

México ocupa el primer lugar mundial en padecimientos relacionados con el sobrepeso y la obesidad, siendo la población infantil la más afectada, debido a que los niños consumen mucha comida chatarra desde su casa, en la escuela y en cualquier momento y lugar.

A pesar de que el sector educativo ha tomado medidas en los centros escolares para evitar que los niños sigan “alimentándose” con refrescos de cola, frituras, dulces y chocolates con altos contenidos de azúcares y grasas, el mayor problema está en el hogar.

Si bien la medida de restringir la publicidad en la televisión ayudará sin duda, es muy importante que tanto los padres de familia como las autoridades sanitarias y educativas no dejen cabos sueltos. Es preciso que continúen las campañas de todas las maneras posibles, para convencer a la población de que el consumo de comida chatarra pone en riesgo la salud de una manera grave.

Hace un tiempo, especialistas en nutrición hicieron una investigación sobre el contenido de azúcar en los refrescos embotellados, llegando a conclusiones alarmantes. Por cada refresco de un litro, en promedio las personas consumen el equivalente a 15 cucharadas del endulzante, lo que representa que a pesar de sus pocos años de vida, un niño llegará a padecer diabetes y esta condición, ya como adultos, puede llevarlo a problemas más serios en su salud.

Otra investigación sobre el contenido de grasas en las frituras, arrojó que quienes consumen diariamente estos productos, incrementan su grasa corporal de manera rápida. Aunado a esta circunstancia, hay que considerar que llevamos una vida sedentaria en el trabajo y el hogar, casi no hacemos ejercicio y pasamos mucho tiempo ante la computadora y el televisor.

Desde hace un tiempo, en las escuelas públicas se prohíbe la venta de comida chatarra, media que aunque ha tenido muchas reticencias, ha comenzado a dar resultados halagadores, pero falta que las autoridades municipales no permitan que los vendedores ambulantes ofrezcan su mercancía cerca de los centros educativos.

La industria de alimentos chatarra deja grandes ganancias no sólo a los productores de este tipo de mercancía, sino a los gobiernos a través del cobro de impuestos, pero en contraparte, provocan que los consumidores, en especial los niños, padezcan males que podrían evitarse.

Hace falta una mayor concientización entre los padres de familia para que se den cuenta que si continúan permitiendo que sus hijos consuman comida chatarra, en pocos años tendrán que lidiar con personas enfermas de diabetes, hipertensión arterial y otros males más, relacionados con el sobrepeso y la obesidad.

De nada servirá que las autoridades sanitarias prohíban la publicidad de estos “alimentos” si desde la casa no ponemos el ejemplo con nuestros hijos. Debemos consumir aguas hechas con frutas frescas, que además de ser sabrosas no dañan el organismo, consumir más verduras y hacer ejercicio.

En nuestras manos está la oportunidad de cambiar esta grave tendencia destructiva.

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