Cornucopia es un vaso en forma de cuerno que representa la abundancia.
Geográficamente, el territorio mexicano se asemeja al cuerno de la abundancia, este parecido no sólo es en la forma, también en su significado: tenemos abundantes recursos naturales; tenemos una gran cantidad de flora y fauna; tenemos mano de obra calificada;  tenemos personas trabajadoras, personas que sueñan en grande, y que luchan por alcanzar sus sueños.

Si algo nos distingue dentro del contexto mundial, es el ser poseedores de una gran biodiversidad, al albergar casi el 10% de todas las especies conocidas del planeta, de las cuales se estima que del 30% a 50% de ellas son endémicas, es decir, solo existen en nuestro país.

Somos la nación que cuenta con el número más elevado de reptiles, el segundo en diversidad de mamíferos y el cuarto en la de anfibios y especies vegetales. En avifauna  tenemos cerca de mil 60 especies y somos área de invierno para muchas aves migratorias de Norteamérica, así como para la mariposa monarca.

En  nuestros mares contamos con más de 800 especies, destacando el Océano Pacífico por su cantidad y el Golfo de México, por su diversidad. En lo forestal, representamos el 1.3 de los recursos forestales mundiales.

Pero también tenemos una gran riqueza cultural. Tenemos muchas tradiciones, costumbres, gastronomía, música, etc.

Si vemos el caso particular de Quintana Roo, somos el Estado donde empezó México; aquí fue el primer mestizaje, además Isla Mujeres es el lugar donde los rayos de sol tocan primero el territorio mexicano.

Por todo esto y más podemos afirmar que México es un país rico, tenemos incluso al hombre más rico del mundo; nuestro presidente tendrá el avión más caro del mundo. Pero, si somos tan ricos, ¿dónde queda esa riqueza?

Retomando la analogía de la cornucopia, si la analizamos más a fondo, vemos que en efecto está lleno de riquezas, sin embargo, el cuerno apunta hacia arriba, apunta hacia Estados Unidos.

Lo mejor de México se va hacia el extranjero, nuestros mejores productos son los que exportamos, además la fuga de cerebros es un gran problema, aquí en México no encuentran las oportunidades que necesitan, las oportunidades que merecen, y por eso tienen que emigrar, en busca de alcanzar sus sueños.

Tenemos que darnos cuenta de cuál es el verdadero y más importante recurso mexicano; como dicen los camiones de Xcaret: “Aquí transportamos el recurso más valioso, nuestra gente”. Los mexicanos somos el verdadero tesoro de México, no los recursos naturales, ni los inmateriales, sino las personas.

Somos un gran mosaico, por nuestras variadas formas de pensar, de creer, de amar. Lo que necesitamos es inculcar un verdadero nacionalismo, ya no bélico que genere ciudadanos dispuestos a morir por su patria, sino nacionalismo que nos haga vivir para cambiarla, para mejorarla, transformarla.

No dejemos un mundo mejor a las futuras generaciones, mejor dejemos mejores generaciones al mundo.