Corrección: el Presidente sí está siendo un gran reformador

Sobre la reforma hacendaria aseguran que, sin duda, hay una nueva corresponsabilidad entre la ciudadanía y el gobierno.

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Funcionarios de primer nivel del gobierno federal replicaron con diversos argumentos mi texto del lunes (“El presidente Peña Nieto no está siendo un gran reformador”), en el que cuestioné el espíritu transformador del primer mandatario y su equipo, y afirmé que el cociente de las reformas educativa, energética y hacendaria impedía hablar de cambios “de gran calado”, como hablan ellos.

Sobre la reforma hacendaria aseguran que, sin duda, hay una nueva corresponsabilidad entre la ciudadanía y el gobierno, pues se crea el sistema de seguridad social universal (que no es cosa menor), el seguro de desempleo, así como una nueva fórmula para financiar la educación, “favoreciendo a los más pobres”.

Subrayan que “pagarán más los que más tienen”, y ponen como ejemplo que “el decil más alto de ingresos pagará cinco veces más que el más bajo”, lo que, concluyen, “llevará a una importante redistribución del ingreso”.

Refutan con dureza que “seguirán pagando los mismos”, y lo explican con un sofisticado esquema que, a la vista, “cambia de fondo la estructura del sistema fiscal”.

Agregan que no es menor el impuesto a la Bolsa de Valores ni la eliminación de “privilegios injustificados” que tenían muchas personas y grupos”.

Igualmente concluyentes son con la reforma educativa, que resumo en esta frase: “No en balde la reacción ha sido de tal magnitud”.

Y así con la energética. En síntesis, no tienen duda de que se trata de tres reformas de “gran calado” ni de que el presidente Peña Nieto sí está siendo un gran reformador. Argumentos no les faltan.

Anotado.

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