Crecimiento

El crecimiento de cada quien va en relación directa de cómo logremos el autoconocimiento.

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“Después de escalar una montaña muy alta descubrimos que  hay muchas otras montañas que nos quedan por escalar”.-  Nelson Mandela
  
Siempre he creído que la capacidad para crecer, aprender y desarrollarse está limitada únicamente por el “tiempo” de vida. Siempre hay algo que nos hace crecer. Aprender es un proceso que nunca termina más que con la muerte y aun así, quiero tener la fe de que seguiré aprendiendo en la vida  después de la vida.
Me gusta invertir en mi propio crecimiento y desarrollo personal en el campo familiar, profesional y comunitario, porque me he dado cuenta que esa inversión es la que me aporta mayor retribución de contento y satisfacción íntima. Crecimiento, en todos los sentidos, significa “EVOLUCION”. En la Creación Divina todo está hecho para crecer y/o transformarse. Nada en el universo se mantiene estático.

El crecimiento de cada quien va en relación directa de cómo logremos el autoconocimiento. Siempre hay algo en nosotros que podemos mejorar, ya que a pesar de que tengamos una “vida hecha” seguirán presentándose contradicciones, se ampliarán nuestros horizontes, necesitaremos más paciencia y equilibrio. No somos perfectos pero sí perfectibles.

Aprender a mantener la paz en la mente y en el corazón, a disfrutar de lo más sencillo, renovar nuestro concepto de valía, aceptar la maravilla que somos, hacer nuestra comunicación más clara y sencilla y, por cierto, ¡ojalá aprendamos a “dejarnos amar”!, en fin, ser el “mejor yo que pueda ser”. A cualquier edad se puede evolucionar, no importa ser un adulto mayor. Recordemos que siempre se puede renovar e impulsar nuestro sano crecimiento.   

Cuando reflexionamos, el sentimiento del amor es mejor, ya que deja de ser un intercambio de favores, es más un amor incondicional, en buena voluntad con la pareja y los hijos, que nace del interés en conocer sus necesidades y prioridades, como también, se reconocen las metas comunes. Este grado de amor nos lleva a una mejor y mayor comprensión en un ambiente de respeto y entera confianza.

Esta manera de amar es la fuerza única y maravillosa que nos da el sentido de vida y se traduce en “crecimiento” consciente y continuo que es plenitud y felicidad interior y exterior, a pesar de las vicisitudes que conlleva vivir. Hay que renovar la confianza en que sí podemos seguir creciendo.

¡Ánimo! Hay que aprender a vivir.

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