Cuando vivir por la música duele

La mayoría de los músicos, dj’s y artistas visuales luchan todos los días por conseguir foros y subsidios para tener espacios dónde presentar su arte.

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Tengo grabados dos momentos en mi mente que nunca olvidaré, pero que además son escenas recurrentes… 

La primera es cuando me llamaron a la puerta de un evento donde había 7 chavos que querían entrar y me pedían de favor que les diera chance por 22 pesos a todos… cuando el costo de la entrada era de 25 ¿Era real lo que escuchaba?, tristemente, sí. Pero lo triste no era su solicitud, el caso que a ese mismo grupo de chavos lo había visto en un evento comercial donde el boleto más barato costaba 350 pesos…  ¿la diferencia? Que en el evento nuestro sólo exponían artistas locales.

El segundo caso fue en otro evento similar, donde llegó una pareja de muy buena posición económica, en un auto de los llamados soñados, y al llegar a la entrada se les comunicaba que ese día había costo de entrada por la producción del evento, con rostro desencajado el caballero se dio la media vuelta, jaló por la mano a su pareja y se retiraron… el costo era de 25 pesos y además, incluía una cerveza…  A la misma pareja la vi en un evento en la zona VIP, donde los boletos costaban cerca de 2 mil pesos… ¿real?... sí.

La mayoría de los músicos, dj’s y artistas visuales luchan todos los días por conseguir foros y subsidios para tener espacios dónde presentar su arte, como no muchos son tomados en cuenta  con sus proyectos no reciben apoyos gubernamentales y con esto, realizan eventos independientes para recaudar fondos… ¿para qué?

Cuerdas de guitarra, instrumentos, cableado, conectores, amplificadores, micrófonos, gasolina, tornamesas, accesorios, etcétera… y eso, ni lo regalan y son equipos de alto costo por ser especializados. 

Esto nos lleva a reflexionar el escabroso camino que muchos artistas deben vivir gracias a la falta de apoyo del mismo público, al minimizar el trabajo de cantidad de talento que se queda en el intento. Y la actitud “wannabe” de una gran mayoría que al ver un nombre en carteles con grandes letras y que normalmente ni conocen, pero al ver el alboroto de algún amigo, se convierten en seguidores y supuestos expertos en el género de la noche a la mañana.

Tache para los que no apoyan a sus mismos paisanos con aportaciones simbólicas para su desarrollo y tache para los que pagan cantidades muy elevadas por “nombres” que ni conocen.

Amigos, paguemos la entrada a espectáculos locales con la misma emoción y con la convicción de que disfrutaremos el trabajo y esfuerzo de personas que igual viven para la música y artes relacionadas. Es una vergüenza no pagar 25 pesos, cuando están dispuestos a erogar 2 mil sólo por “wannabe’s”.

Groove on!

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