'Cuaresma es amar con obras'
El hombre es un aprendiz; el dolor, su maestro y nadie se conoce hasta que no ha sufrido”. Al vivir el día de hoy ¿has pensado lo que Dios sufrió, padeció, y lo más importante que dio la vida por ti? ¿Alguna vez se lo has agradecido o sólo lo recuerdas en Viernes Santo?
Darle gracias y alabar a Dios es nuestro deber, pero debe de ser más un gusto y una satisfacción. Ese contacto de la criatura con su creador, cuando esa unión se hace efectiva, se vuelve un amor efectivo, fuente de sabiduría, paz y amor.
Ahora que ha empezado la Cuaresma, ¿con tus obras estás alabando a Dios? Tal vez con tus labios lo has hecho muchas veces y eres rata de sacristía, pero el amor hacia Dios hay que manifestarlo con el corazón y con las obras cotidianas.
¿Eres congruente con tus hijos, con lo que dices y con lo que haces? Les pides que no tomen licor y fumen y tú estás ahogado en el alcohol y fumas tanto que la nicotina tapa tus bronquios, pues ya estás gestando un cáncer pulmonar. No podemos decir con los labios lo que no sabemos mostrar con el ejemplo. No estaremos alabando a Dios con nuestras obras si no damos buen ejemplo a los hijos.
¿Alguna vez has dado tu testimonio en público alabando a Dios? ¿O te avergüenzas de mostrar que eres católico? ¿Sabes dar gracias a tu creador del alimento que a diario Él te regala? ¿O te sientas a la mesa y como un animal devoras lo que te ponen enfrente? Nunca has dado gracias a Dios por los alimentos en oración familiar y sí te has avergonzado de externar tu oración de agradecimiento. No hay que olvidar que si hoy nos avergonzamos de Dios el día de nuestro juicio Él se avergonzará de habernos creado.
¿Alguna vez has alabado a Dios con tu vida sirviendo, ayudando o dando algo de tu tiempo? ¿En un apostolado, visitando a un enfermo o llevando a tu trabajo: ánimo, estimulo y amor? ¿Cuándo llegas a tu trabajo llevas una sonrisa y a Dios en tu corazón? ¿O llegas con un pesimismo terrible y sólo hablas de la crisis, y de la mala situación económica?
¿Visitas a tus padres o usas a tus padres? Ellos viven añorando al hijo que al irse del hogar les dejó sus recuerdos y su amor. Ellos desean volver a “sentirse queridos”, no sólo quieren “saberse queridos”. Sólo los visitas para cobrar ese cheque que mes a mes te dan y así te has vuelto un “usurero del amor”.
Alabaremos a Cristo si caminamos junto a Él en esta Cuaresma, injertando en nuestra vida: amor, diálogo, respeto y comprensión. Así nuestro caminar junto a Él estará dando frutos regados con el amor hecho en obras.
Sí, la Cuaresma es amar con obras. Y todos los días podremos vivir la muerte de Jesús para resucitar con Él a una nueva vida, naciendo en un hombre nuevo, con nuestras obras hechas servicio, nuestro servicio manifestado en acciones y nuestras acciones ofrecidas con amor y entrega. No hay que olvidar: “Nadie es mejor que tú, pero tú no eres mejor que nadie hasta que no hagas algo para demostrarlo”.