Después de un tormentoso intento por imponer la reforma educativa, Emilio Chuayffet Chemor, secretario de Educación Pública, cambió su provocadora táctica inicial para suavizar las agresivas reacciones del magisterio por el hostigamiento y la inseguridad laboral que se vislumbran con esos cambios.

Si bien urge, de años atrás, una reforma de fondo en la educación pública, las formas utilizadas inicialmente no fueron las adecuadas, pues el escenario montado con la detención y encarcelamiento de su vieja enemiga política reflejó un verdadero linchamiento político y un ajuste de cuentas personal, y no la transición hacia una educación de calidad. 

La primera jugada del tablero fue el decreto de la reforma educativa que tumbó del poder a la reina vitalicia y cimbró después a todas las piezas de la estructura del poderoso SNTE. Sin embargo, la Coordinadora Nacional de maestros (CNTE), de la que se esperaba fuera un natural aliado en su embestida, reaccionó violentamente ante el “golpe de Estado” y mostrando la brutalidad de sus movimientos hizo retroceder rápidamente al belicoso rey.

En el ajedrez político el tiempo también juega a favor, y el calendario escolar marcó igualmente, no sólo los días de clase, sino también los tiempos estratégicos para sacar adelante la maltrecha reforma sin la resistencia de un magisterio que hoy sólo piensa en abandonar las escuelas para retirarse a descansar.

En este contexto, y a tan sólo dos semanas de que concluya el ciclo escolar y los maestros se dispersen, el pasado 10 de junio se publicó en el diario oficial de la federación el decreto con las nuevas reformas a la Ley General de Educación, que darán viabilidad jurídica a la nueva reglamentación educativa. 

Así, el próximo 15 de agosto, al comenzar el segundo período extraordinario de sesiones legislativas, se turnará al pleno para su aprobación lo referente al nuevo reglamento de operaciones del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) que, entre todas sus atribuciones, normará la nueva relación laboral de los maestros del país con la Secretaría de Educación.

Con esta jugada final se cierne el jaque mate a la CNTE ante el inexorable correr de la cuenta regresiva. hay marcha atrás.