Cuidado con los rayos solares

Hoy día las enfermedades de la piel causadas por la exposición prolongada al sol son muy comunes.

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Hace unos días Yucatán vivió  jornadas en las que el termómetro alcanzó los 44 grados Celsius y los habitantes de esta zona del país sentimos que no podíamos más, muchos nos bañábamos más de dos veces al día y buscábamos una sombra en todo momento; el aire que circulaba era muy caliente y sudamos hasta más no poder. 

Sin embargo, el período de calor todavía está empezando, ya que en mayo se esperan temperaturas muy altas, situación que debemos prever desde ahora y no dejar que el calor nos vuelva a sofocar como lo hizo en esos días del mes pasado.

Debido a estas ondas de calor y las debilidades en la capa de ozono el sol penetra con mayor intensidad en la atmosfera terrestre y al hacer contacto con nuestra piel sentimos que nos quema; ante esto tenemos que tomar  precauciones: usar bloqueador a todas horas, cubrirnos la cabeza con algún sombrero o gorra, vestir ropa clara y mantenernos hidratados y poner atención especial en bebés, adultos mayores y personas con alguna discapacidad.

Hoy día las enfermedades de la piel causadas por la exposición prolongada al sol son muy comunes, y a veces se tornan en problemas cutáneos algo complicados. Los años de exposición al sol pueden tener un efecto profundamente destructivo en la piel, resultando en cáncer y otras afecciones. 

La luz del sol contiene tres tipos de radiación: la que provee el espectro visible de color; la infrarroja, que genera el calor, y la ultravioleta, o radiación UV. El daño a la piel es causado por la radiación UV, que se divide en tres categorías: ultravioleta de onda larga, comúnmente conocida como UVA; los rayos que causan las quemaduras solares, llamados UVB, y los UVC, o UV de onda corta. 

Los tres tipos de radiación UV son dañinos para la piel. Algo que debemos tomar en cuenta es que, cuando la radiación ultravioleta toca nuestra piel sin protección, mucha de esa radiación es reflejada y no pasa de la superficie de la piel, pero parte es absorbida y diseminada en los tejidos justo debajo de la superficie cutánea para entrar en las células vivas. Esto resulta en daño celular, incluyendo quemaduras, envejecimiento prematuro y cáncer de la epidermis. 

La gente de piel clara y que vive en la línea del Ecuador es más proclive a las quemaduras solares y a desarrollar cáncer de piel, ya que en esa zona el sol es más intenso.

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