El pasado martes se cumplieron 23 años de que, en sesión de Cabildo del Ayuntamiento de Mérida, se declarara a una extensión de terreno de 10,757 hectáreas que comprende 2 comisarías y 7 subcomisarías, al sur de la ciudad de Mérida, como una zona sujeta a conservación ecológica, a la que se denominó “Reserva Cuxtal”.

Cuxtal en lengua maya significa vida y para nuestros antepasados indígenas la vida es un constante, eterno, repetitivo e inagotable proceso de perfeccionamiento. La muerte para los mayas era simplemente la transición a otro estado. Vivir es algo sublime para el pueblo maya, su idea central es que la vida es valiosa, única e invaluable, implicando el deber de luchar hasta el último día de nuestra existencia por estimarla y respetarla, con toda su bondad y benevolencia. En la naturaleza, todo tiene vida, la tierra, los árboles, los pájaros, las nubes, el agua, el fuego, y todo lo que está en la madre tierra es sagrado, todo tiene una misión que cumplir. Por eso entre la comunidad indígena maya, cuando una persona necesita hacer uso de alguno de los elementos de la tierra, debe hacer un ruego, solicitar un permiso, hacer una súplica, explicando el porqué de dicha necesidad.

Ingemar Hedström, ecólogo, dice: “Todos en conjunto somos parte de un gran equilibrio ecológico, no tenemos ningún derecho a quebrarlo, ya que significa el fin del hombre sobre la tierra. Somos llamados a respetar y defender la Tierra, lo cual significa afirmar el derecho fundamental de todos a la vida”.

Estoy convencido de que ahí radica la enorme importancia de la “Reserva Cuxtal”, en la estrecha relación que tiene con la vida y el equilibrio. Entre los límites de la reserva se encuentra el sistema de captación de agua más importante del estado de Yucatán, que abastece el 40% del consumo de los habitantes de la ciudad de Mérida, es importante refugio temporal de aves migratorias y permanente hábitat de especies de flora y fauna nativas de la península.

Pero la efectividad y los beneficios de declarar una reserva se ven mermados o nulificados cuando el artículo tercero de la misma declaratoria establece como una responsabilidad de la “coordinación general del comité de planeación municipal” y “el comité municipal forestal” (si es que éste existe) elaborar un “Plan de Manejo para la Reserva Cuxtal”, y esto no sucede sino hasta 11 años después, en 2004, y además de elaborarse de forma tardía, lo que se consigue es un documento confuso, carente de visión de largo plazo y que parece un catálogo de buenas intenciones más que un verdadero y efectivo Plan de Manejo de la reserva.

Me dicen que se encuentra en elaboración y ya próximo a presentarse un nuevo Plan de Manejo de la Reserva Cuxtal, y confío en que para su elaboración se ha sumado la participación de profesionales de alto nivel. Espero pronto comprobar que el resultado es bueno, y así pueda la “Reserva Cuxtal”, ya cerca de su aniversario de plata, alcanzar los objetivos que se plantearon sus creadores.