De monumentos y memoriales
Guste o no, la Estela de Luz es el monumento dedicado al Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución.
Por lo que la subsecretaria de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Lía Limón, le dijo a Paola Rojas (antier en Radio Fórmula), la Estela de luz no será convertida en un segundo memorial a las víctimas de la narcoviolencia.
Es lo más lógico: con el colosal de hectárea y media que se inaugura esta mañana (a pocos cientos de metros, en el bosque de Chapultepec: entre el Campo Marte y Paseo de la Reforma), ¿por qué alterar y duplicar los sentidos originales de ambos conjuntos arquitectónicos?
Guste o no, la Estela de Luz es el monumento (y plaza, con subterráneas y amplísimas salas para usos culturales múltiples) dedicado al Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución.
Imaginarla, como sugiere Javier Sicilia, segundo memorial, equivaldría a convertir la porfiriana Columna de la Independencia en megalito en recuerdo de menores víctimas de trata, o de muertos por desnutrición o de asesinados por las drogas.