¿De quién es la responsabilidad?

Podemos evitar que un adolescente se quite la vida, podemos evitar que busque salidas falsas como el uso de drogas y/o alcohol.

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Este mes, aunque fue muy corto escolarmente, estuvo lleno de enseñanzas de vida, reflexión y de tristeza. Tal vez algunos sepan que trabajo con adolescentes,  y la mayoría de las veces, contrario a lo que muchos puedan pensar, es muy divertido y alegre, pero las dos semanas precedentes me parece que han sido las más complicadas y me hacen reflexionar más acerca del entorno general de las cosas y de los menores que me rodean, y hasta de los propios de sangre. 

Cuando se acerca un jovencito y en el diálogo detecto que, a más de sus carencias materiales, lleva un gran vacío en su corazón, se siente solo o no querido, es cuando me pregunto ¿de quién es la responsabilidad? Ya sé, me dirán de los padres, obvio, pero ¿en verdad creen que es solamente de los padres? ¿Dónde quedan los maestros? ¿Los amigos? ¿Los demás familiares? 

Las razones por las cuales un menor está triste, es apático, grosero e incluso agresivo, pueden ser muchas y con factores desde externos -que reciba maltrato físico o emocional- hasta internos -que no se sienta querido y apreciado-. 

Es entonces cuando pienso: ¿dónde estamos los adultos para escucharlo, entenderlo y apoyarlo? Un menor es natural que esté alegre, que esté corriendo por todos lados, rompiendo una que otra cosita, riendo, incluso molestando a otros, pero no es normal que esté callado, que no quiera participar en actividades grupales o individuales, que incluso este llorando “sin razón”. Es cuando tenemos que prestar atención, ya que algo seguramente le está molestando y no se siente lo suficientemente seguro de expresarlo. 

Los adultos debemos ser sus aliados mientras van creciendo y van desarrollando su madurez para tomar sus propias decisiones en el camino y si estamos atentos, podemos evitar desgracias irreparables, como abusos sexuales que en muchas ocasiones son ejecutados por un familiar, un maestro, amigos de la familia e incluso un padre o madre; podemos evitar que un adolescente se quite la vida, podemos evitar que busque salidas falsas como el uso de drogas y/o alcohol y hasta que cometan delitos como el robo o el secuestro. 

Es por eso que vuelvo a preguntar: ¿en verdad de quién es la responsabilidad? Ahora que se inician las vacaciones, tenemos la oportunidad de pasar más tiempo con los niños y jóvenes que nos rodean, escuchemos cómo es su mundo. 

Felices vacaciones…

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