De vuelta a casa, de vuelta al pasado

¿Cuál es la causa de los males que nos asaltan durante la vida? ¿Por qué hay tantos sufrimientos y desagrados?...

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De vuelta a casa, realizando un alto en la colonia Alemán, absorto en problemas, pendientes, supervisiones y demás, fui interrumpido por alguien a quien había dejado  de ver hace años: un servidor de la Secretaría de Seguridad Pública. Me saludó con la sencillez y don de gentes que lo han caracterizado. Su rostro mostraba los estragos del foto–envejecimiento, su cuerpo, las consecuencias del trabajo rudo.

Aprovechamos esos escasos instantes para alegrar la circunstancia, atrayendo algunos recuerdos, y abundando sobre las transformaciones de quienes tenemos algunos ayeres. Mayores cargas laborales, mantener el mismo ritmo, a sabiendas de que la salud se quebranta con mayor facilidad, pero seguimos sirviendo con la mística inculcada.

Me despedí al ponerse en verde la luz del semáforo. De forma contrastante, mi mente atrajo reciente evento grotesco, de personaje que durante trámite administrativo vociferaba a manera de  “merolico”, “echando pestes”, por cualquier cantidad de cosas, dejando entrever su frustración, traumas,  y complejos. Su acompañante, avergonzada, inclinaba la cabeza por deleznable proceder, y con “pena ajena”.

Qué contrastes, y me pregunto qué hace la diferencia, cuando todos estamos inmersos en el mismo universo de sinsabores. Y otra vez de forma concatenada me recordó –sin ser proclive o seguidor de esta religión, pero reconociendo la sabiduría que encierra y su  profundidad– pasaje que intenta explicar estos fenómenos a través de las raíces “del mal” dentro del budismo.

¿Cuál es la causa de los males que nos asaltan durante la vida? ¿Por qué hay tantos sufrimientos y desagrados? Según las enseñanzas budistas, todo sufrimiento proviene de las “tres raíces del mal”: el odio, la codicia y la ignorancia. Esta enseñanza parece demasiado simplista, pero, si la estudiamos a fondo, nos daremos cuenta de sus planteamientos. Se puede decir que todos los males en nuestras vidas y en la sociedad en general se derivan de las tres raíces. Luego entonces, si intentamos explicar los contrastes cotidianos del ser humano, más allá de razones científicas y filosóficas, tal vez estas “raíces” satisfagan tu inquietud, y te lleven a la reflexión interna. Todos estamos en el mismo mundo, con los mismos problemas e incertidumbres. Insisto, la plasticidad mental es la diferencia, e inculcarla, amén de ponerla en práctica, es un compromiso. Analiza, cambia, y vive más feliz, total este mundo seguirá contigo o sin ti y que mejor sea contigo, ¿no crees?

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