Desatención inexplicable

Simplemente Cuauhtémoc Gutiérrez nunca debió asumir representación alguna ni en el PRI, pero tampoco en cualquier otro partido político.

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El PRI, nacional y capitalino, deben agradecerle a la reportera de Carmen Aristegui que, a través del noticiario de MVS, les sirviera en bandeja de plata la oportunidad para deshacerse del impresentable Cuauhtémoc Gutiérrez que, según la ley de la “democracia de las gavillas”, después de varias intentonas golpistas, alguna de nota roja, en diciembre de 2012 lograra adjudicarse la presidencia capitalina de ese partido, lo que revela una desatención inexplicable de esa organización política.

No importa que desde el arribo del PRD, con Cuauhtémoc Cárdenas, al gobierno capitalino las posibilidades de triunfo priista se hayan visto reducidas notablemente.

Ni siquiera que los ciudadanos del DF hubieran decidido cobrarse todas y cada una de las afrentas que les fueron infligidas por el poder central que operaba bajo el signo del otrora partido casi único. Ni se explica en la consideración de que por ser sede del Comité Nacional las representaciones locales no pintan.

Mucho menos se justifica argumentando los 12 años, por nefastos que fueran, de gobierno federal del PAN. 

Simplemente Cuauhtémoc Gutiérrez, considerando tan sólo sus formas gansteriles, por tanto antidemocráticas, nunca debió asumir representación alguna ni en el PRI, pero tampoco en cualquier otro partido político. Mucho menos en el escaparate nacional que constituye la Ciudad de México.
Toca al Comité Ejecutivo Nacional del PRI propinarle una sanción ejemplar, revisar los motivos de tan injustificable desatención y establecer los mecanismos para asegurarse de que un hecho así no vuelva a suceder jamás en ningún lado.        

Posponer las reformas sociales.- Nuevamente el PAN muestra a qué grupo sirve, después de 12 años de gobierno federal, caracterizado por un pobre desempeño en lo económico, a pesar del crecimiento desmesurado del gasto público, de las nóminas de sus funcionarios, a los senadores panistas hoy les sale la “responsabilidad” cuando se trata  de la iniciativa presidencial para aprobar las añejas demandas de los trabajadores: Pensión Universal y el Seguro de Desempleo.

Argumentan que se opondrían a su autorización porque sería irresponsable darles luz verde considerando que el gobierno no tiene nuevos ingresos para pagar esas prestaciones, con lo que, sin admitirlo, parecen poner en entredicho el Pacto de Seguridad Fiscal, pues la manera usual en que el Estado podría obtener nuevos ingresos es mediante el aumento de impuestos.

Para los del PAN siempre habrá “mejores” formas de Invertir el gasto público que aplicándolo a las prestaciones sociales, sea a los trabajadores o a la población abierta. Sin embargo, conscientes del beneficio que representan tales medidas para los grandes grupos sociales, su temor principal está relacionado con sus repercusiones políticas pues, de acuerdo con su líder Jorge Luis Preciado, se conformarían con que tales reformas sólo puedan entrar en vigor hasta después de las elecciones.

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