Desatienden a los superdotados en Cancún

En fecha reciente la asociación de Padres de Familia con Hijos con Capacidades Superiores...

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En fecha reciente la asociación de Padres de Familia con Hijos con Capacidades Superiores proporcionó un dato que sorprende: 23 niños cancunenses poseen más de 115 de coeficiente intelectual. Todos ellos podrían ser considerados “niños genio”. Es una realidad que alegra. Sin embargo, casi todos esos niños son de escasos recursos por lo cual perderían sus capacidades debido a que tienen mala alimentación, son víctimas de malos tratos y no reciben los apoyos para seguir estudiando porque hay servidores públicos que desvían los recursos. En poco tiempo perderán su potencial. Es una realidad que entristece.

Así, pobreza, violencia y corrupción conforman el legado que la sociedad actual está dejando a las futuras generaciones, no solo en Cancún y México, sino en la mayoría de los países latinoamericanos. Inocentes e indefensos, los niños son los principales perjudicados de dicha descomposición social.

El asunto es que todos los gobiernos deberían poder identificar a los superdotados o con inteligencia superior.

Funcionarios y maestros deben entender que algunos niños aprenden más rápido, pero hay que brindarles otros apoyos porque se retrasan con el sistema normal.

Gobierno y sociedad deben enfocarse en las personas inteligentes porque razonan las cosas más rápido y se enfocan en ciertos aspectos con mayor firmeza, siempre y cuando tengan las herramientas y capacidades. Son ellas las que en países europeos, Estados Unidos o Canadá se convierten en paladines del progreso. Por lo pronto, asesores de Gobierno –que no “aviadores”- dedicados a detectarlos sería una buena herramienta para reclutar ya talentos en bruto.

Para ello debe saberse que un superdotado exhibe una velocidad mental notoriamente más alta que otros, se enfoca en el área de su interés y a menudo pierde la paciencia cuando el resto del grupo no adquiere los conocimientos con la misma prestancia. Además, suele distraerse por olores o sonidos del ambiente, comprende conversaciones de gente adulta e intenta aprender asuntos nuevos. 

El problema es que en México se lee en promedio un libro y medio al año, y peor que los más vendidos sean el de Jordi Rosado, “Crepúsculo” o “El Señor de los Anillos”. Dicho eso, debe reconocerse que la lectura es el mejor instrumento para poner a funcionar el intelecto.

Por ahora, la falta de esfuerzos en la “Zona Atolera”, donde fueron detectados los superdotados, da pena. Los esfuerzos gubernamentales no alcanzan para satisfacer sus necesidades, entonces hay mucha violencia, drogadicción, tráfico y otros factores que ponen en riesgo a todos, no solo a los inteligentes. 

Desorbitado...

Y como de educación se trata, es oportuno denunciarlo: hay problemas graves en la Universidad de Quintana Roo. En la división de Humanidades no abren materias porque faltan maestros; por ejemplo, este semestre en el área de Filosofía, no abrieron todas y las que llevan son “en línea”. La división está crisis, pues ya no dan apoyo en viajes ni para los encuentros a los alumnos, quienes tienen que solventar los gastos.

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