Mientras  las cifras del desempleo siguen creciendo, también aumenta la escasez de talento para cubrir vacantes en el sector empresarial, una contradicción que coexiste desde el nivel local hasta en las grandes potencias económicas.

Este diagnóstico lo respaldan importantes organizaciones que miden la competitividad y las necesidades de la iniciativa privada. Se alimenta de información de las autoridades educativas y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Adquiere relevancia el tema cuando agrupaciones como la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti), delegación Yucatán, revela que de cada 10 vacantes sólo se pueden cubrir 3 en puestos que perciben salarios mensuales mínimos de 15 mil y hasta casi 60 mil pesos, porque los aspirantes no cuentan con la especialización necesaria.

El panorama contrasta con la cantidad de jóvenes que egresan de carreras  relacionadas con las tecnologías: de acuerdo con datos de la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado, se gradúan 800  ingenieros anualmente. Esto lo complementa la Secretaría de Fomento Económico de Yucatán, al afirmar que 22 de cada 100 alumnos que terminan su carrera son del área de ingeniería y tecnologías de información.

El capital humano existe, pero sólo uno de cada 10 está especializado y esto repercute en su vida laboral, porque desde la escuela no tuvieron las herramientas necesarias. El impacto lo estudia de cerca la organización Manpower, especialista en soluciones de recursos humanos, que cada año difunde sus resultados sobre escasez de talento. En la más reciente, 2014, indicó que el 36% de los empleadores encuestados admitieron esta escasez, siendo la cifra más alta en siete años.

El Centro de Investigación para el Desarrollo (Cidac) hace lo propio con la Encuesta Anual de Competencias, en la que trata de responder  la pregunta: ¿ofrece o no nuestro sistema de educación superior las competencias que requieren los procesos productivos del país? En este proceso revela la necesidad del dominio del inglés, herramientas de comunicación, creatividad para la propuesta, desarrollo y coordinación de proyectos, puntualidad, etc.

En fin, por donde veamos, los retos están a la orden del día, los estudiantes y profesionales deben cultivar una mente atleta  para no dejar de prepararse para lo que viene, las escuelas tienen la obligación de renovarse y las empresas de propiciar el crecimiento personal y profesional de sus integrantes. Hay mucho por hacer y tenemos frente a nosotros las oportunidades.