Día Internacional de la Biblioteca

Las bibliotecas van dejando de ser ese espacio público tan poco frecuentado por los ciudadanos, su función social se ha adaptado a los cambios de la era digital.

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Sólo Jorge Luis Borges, quien vivió literalmente entre libros, pudo ser quien imaginara el Paraíso como un tipo de biblioteca, pues son espacios donde se concentra la memoria histórica,  el tesoro cultural, artístico y el legado escrito de la humanidad; por ello en situaciones de guerra son blancos emblemáticos de ataque, pues su destrucción tiene un alto significado para el enemigo. 

Aún hoy  sigue siendo un enigma la destrucción de la biblioteca más grande del mundo antiguo, la de Alejandría, creada a comienzos del siglo III aC por Ptolomeo I Sóter y que llegó a albergar hasta 700,000 volúmenes, tristemente arrasada por las llamas provocadas por asuntos de carácter religioso.

Siglos después, la biblioteca de Sarajevo tuvo un desenlace similar, pues durante la guerra de Bosnia-Herzegovina, en 1992, fue incendiada y totalmente destruida por la artillería Serbia que arrasó con sus miles de libros; sin embargo, pese a lo trágico de este suceso, lo sorprendente es que un motivo también religioso orilló a uno de sus usuarios más habituales, un profesor universitario de literatura, Nikola Koljevic, a ordenar la destrucción de esta emblemática biblioteca; a raíz de este lamentable y paradójico suceso, desde 1997 la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil promovió la instauración del Día Internacional de la Biblioteca y, desde entonces, cada 24 de octubre se llevan al cabo diversas actividades en todo el mundo. En México de manera más modesta y casi imperceptible se conmemora este día.

Las bibliotecas van dejando de ser ese espacio público tan poco frecuentado por los ciudadanos, su función social ha venido reconfigurándose y adaptándose a los cambios de la era digital. Nuestra primera biblioteca la fundó, en la entonces Nueva España, Fray Alonso de la Veracruz en 1536, pero la primera biblioteca pública de toda América nos la legó Juan de Palafox y Mendoza, hoy conocida como la biblioteca Palafoxiana, uno de los recintos librescos más hermosos del país y que abriga  más de 5 mil volúmenes que Palafox donó y que hoy habitan con otros miles de libros entre las hermosas paredes de estilo barroco que los resguardan.

Majestuosas o sencillas, públicas o privadas, escolares o de otra índole, las bibliotecas son el espacio donde se concentran las ideas y las voces en tinta y papel de la humanidad; que la era digital nos permita engrandecer su historia y preservarla, jamás desaparecerlas, porque no sólo se derrumba con bombas, también el olvido es otra forma de destrucción.

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