Día Internacional del Tiburón Ballena

El 30 de agosto se celebró, a nivel internacional, el Día del Tiburón Ballena, una de las especies más carismáticas que llegan a los mares de Quintana Roo...

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El 30 de agosto se celebró, a nivel internacional, el Día del Tiburón Ballena, una de las especies más carismáticas que llegan a los mares de Quintana Roo, y cuya agregación convoca anualmente a miles de turistas que buscan tener el privilegio de observarlos y nadar con ellos. Esta celebración fue instaurada durante la 2ª. Conferencia Internacional de la especie, en el año 2008.

El Tiburón Ballena (también llamado Pez Dama o Dominó, debido a los puntos blancos que tiene en su piel) pertenece a una subclase de pez cartilaginoso, y diversos estudios científicos afirman que habita en la tierra desde hace 60 millones de años. Es un animal longevo, puede llegar a vivir más de 100 años, y a pesar de su tamaño (entre 9 y 12 metros, aunque se han encontrado animales de hasta 18 metros de longitud), es inofensivo para el ser humano, ya que se alimenta principalmente de plancton, pequeños moluscos y larvas de peces.

Esta especie está considerada por convenios internacionales como amenazada; está en peligro por temas como pesca (a pesar de estar prohibido en varios países existe un mercado negro de piel, hígado y aletas) la contaminación del ecosistema, el tráfico de embarcaciones y por el turismo no sustentable. En México, existen esfuerzos importantes para la protección y conservación del Tiburón Ballena, prueba de ello es su inclusión como especie en categoría de amenazada en la NOM – 059 – SEMARNAT – 2010 y la creación, el 5 de junio de 2009, de la Reserva de la Biosfera del Tiburón Ballena, localizada hacia el norte de Holbox y que cuenta con una extensión de casi 140,000 hectáreas.

La conservación a futuro de esta especie requiere esfuerzos importantes no solo del gobierno nacional (quién está encargado de dar los permisos de aprovechamiento no extractivo de la especie dentro y fuera de áreas naturales protegidas), sino también de gobiernos locales (ya que actividades como desarrollo urbano en sus zonas de influencia pueden modificar su ecosistema), por supuesto de prestadores de servicios turísticos (a través de buenas prácticas de observación), de centros de investigación, de organizaciones no gubernamentales y de todos quienes de alguna u otra manera tenemos relación con este gigante. 

En el tema turístico, el número de visitantes ha crecido de forma importante en los últimos años, y esta actividad se convierte en una de las favoritas de los turistas en la zona Norte de Quintana Roo durante la temporada, que abarca de mayo a septiembre. Es muy importante continuar los esfuerzos de capacitación, regulación y sobre todo, hacer conciencia en cada uno de los visitantes y los residentes en Quintana Roo (quienes muchas veces promovemos entre nuestros conocidos los tours a la zona) la importancia pero también de la fragilidad de esta imponente especie.

Sigamos celebrando la llegada de esta especie, y sigamos disfrutando nadar con ella y sigamos haciendo conciencia de que, como muchos de los visitantes que reciben nuestros destinos, si lo tratamos bien, seguirá regresando.

Pero ojo, también cuidemos y preservemos la misma y su ecosistema, no sea que, como pasa en otros sitios y con otras especies, estemos en proceso de acabar con la “gallina de los huevos de oro”.

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