Diabetes, asesino que no es muy silencioso

Las muertes a causa de la diabetes, de acuerdo con la Secretaría de Salud tienen un alarmante índice de crecimiento.

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No, no he decidido salirme del tema de los Derechos Humanos para opinar sobre algo que corresponde a un médico, como podría sugerirlo el título de la presente colaboración.

La diabetes es una amenaza clara, concreta contra el derecho a la salud de todas y todos los ciudadanos.

Las muertes a causa de la diabetes, de acuerdo con la Secretaría de Salud tienen un alarmante índice de crecimiento, de 46,525 en 2002 hasta llegar al 2012 cuando se contabilizaron 89,914. Asimismo se indica que en los últimos 6 años fallecieron a causa de esa enfermedad, casi medio millón de personas.

Este padecimiento está considerado como la primera causa de mortalidad en México, que el año pasado se situó en el sexto sitio mundial en este tipo de muertes y el nada honroso tercer lugar en el Continente Americano.

Las cifras en verdad son alarmantes y sin profundizar en las mismas se indica que año con año el crecimiento es imparable y de acuerdo a las estadísticas en el año 2025 nuestro país tendrá a casi doce millones de mexicanos y mexicanas con ese mal que es atribuido a la obesidad, sobrepeso y al alto consumo de productos azucarados.

En el mundo se estima en 350 millones las personas con esa enfermedad que ha llegado a motivar que la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidieran instaurar en 1991, precisamente el 14 de noviembre por ser el natalicio de Frederick Grant Banting, quien junto con Charles Best, descubrieron la insulina, con lo que lograron el control de ese mal que antes de la insulina su diagnóstico era considerado una sentencia de muerte.

En el 2006 la ONU acoge la efeméride y desde entonces anualmente se realizan diversas actividades para recordar esa especie de espada de Damocles que pende sobre la humanidad.

Ante este panorama se han emitido diversos ordenamientos, leyes, tanto a nivel de cada país, como en el ámbito internacional y así el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, que supervisa el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, adoptó en 2000 una Observación general sobre el derecho a la salud, en la que se afirma que ese derecho no sólo abarca la atención de salud oportuna, sino también los factores determinantes de la salud, como el acceso al agua limpia, potable y a condiciones sanitarias adecuadas, al igual que el suministro de alimentos sanos, una nutrición saludable, una vivienda higiénica, condiciones sanas en el trabajo y el ambiente, así como acceso a la educación e información sobre cuestiones relacionadas con la salud.

En este punto he de insistir en que tenemos una legislación en materia de salud, pero ésta es letra muerta si los ciudadanos y las ciudadanas no conocen esas leyes y reglamentos y peor será el panorama, para quienes conociendo ese derecho a la salud, tutelado por leyes locales e internacionales, no exigimos su pleno y expedito ejercicio.

Leyes aparte, todos y todas debemos estar muy atentos a las campañas que se llevan a cabo para cuidar nuestra salud, para ejercer a plenitud nuestro derecho a la misma, pero eso debemos hacerlo todos y cada uno de los días de nuestra existencia, para que no suframos la ausencia de salud, sin la cual la muerte está apenas a un paso nuestro.

Vale la pena cuidarnos a nosotros mismos y a quienes amamos.

Ejerzamos pues nuestro derecho a la salud y a la par con éste todos los que tenemos por el simple hecho de ser seres humanos.

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