Difícil el resurgimiento del PRI

Si se coloca uno de los aspectos resaltantes del caos imperante en el Partido Revolucionario Institucional, la casa del pueblo del PRI...

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Si se coloca uno de los aspectos resaltantes del caos imperante en el Partido Revolucionario Institucional, la casa del pueblo del PRI, como es la naturaleza de su hábitat, se vislumbra el más alicaído sentimiento tricolor entre sus ex líderes y militantes por lo que está pasando la otrora poderosa máquina de manera interior y exterior.

La tozudes de algunas figuras que andan ahí como si nada, aun con la derrota sobre sus espaldas, Raymundo King de la Rosa y Manlio Fabio Beltrónes, no sólo por la arrogancia en que se conducen, sino también por la falta de calidez política hacia sus correligionarios, los que forjan finalmente el concepto priista en su mayoría, los que se han vuelto para otro lado o se han ido como conmilitones.

Y eso es algo sumamente negativo, se pudo visualizar durante el proceso electoral pasado en Quintana Roo y hasta el conteo final, donde algunos priistas desembarcaron de la nave tricolor para pasarse a otros partidos y salvaguardar sus vidas en la política, de la cuales en el PRI se vislumbraba que terminarían en el ostracismo.

Aun cuando la contienda finalizó, esa militancia en su huida intempestiva prefirió abandonar las filas tricolores. Y no sólo por las heridas que les dejó el proceso pasado, sino que el trato recibido en el otro lado, no iba a ser el mismo que aquel que les pudiera brindar en el tricolor.

Sera difícil encontrar la conciliación para transformar al PRI, aun los convoquen líderes representativos de la máquina tricolor, verbigracia, el emblemático primer gobernador de Quintana Roo, don Jesús Martínez Ross y los ex líderes estatales que se dejaron ver en cónclave priista en FCP, Pedro Ramón Peña Xicúm, Raúl Santana Bastarrachea, Joel Sauri Galué, Carlos Cardín Pérez y una ristra de otros más ex, convocando a trabajar unidos para transformar al partido de los tres colores.

Por más que se intentara implementar nuevas reglas respecto a la convivencia política y de unidad al interior del partido tricolor entre sus correligionarios, seguidores y simpatizantes, siempre será más de lo mismo, sentencia la frase popular.

El reto está en permanecer con buenas figuras priistas para generar conciencia de unidad en cada militante. Y deberá hacerlo en armonía, positivismo y por el bien de la comunidad tricolor para reivindicarse con la confianza de los quintanarroenses hacía el PRI.

Los dados se volvieron a lanzar. La fe en el PRI está reencendida. Vendrán nuevos episodios entre la dirigencia y militancia. Aquél anulará la censura que recae sobre vientos de inmunidad que sofocan el ambiente y, estos, a recuperar la confianza en el partido otrora de las mayorías.

Un respiro a todo pulmón en medio de un mar de fondo, la fuerte cadena de los amplios conglomerados priistas del sector popular, empresarial y del comercio, obreros y campesinos, profesionistas y técnicos, jóvenes y mujeres, dejarán a salvo al que sepa andar en turbulencias política.

Las demostraciones de civilidad, democratismo y resistencia ciudadana que volcó el pueblo quintanarroense en el proceso de junio pasado -con urnas plenas del sufragio ciudadano- que le otorgó el triunfo al que inspiró más, dan fe de un proceso de madurez política y de resteo ciudadano, de lo más importante en el último año que recién pasó.

Partidos por la mitad

Verbigracia, el mensaje premonitorio de la letra de la canción, " el partido por la mitad", que interpretó el cantante jalisciense, Tony Camargo a ritmo de mambo, escuchado en los años 40s, sentencia al proceso electoral 2018. Lo que ya ocurrió el año pasado en el Estado. Mientras ocurre el presente.

Los quintanarroenses tienen la tendencia a reflexionar el voto en esta nueva era de la política de fusiones y conveniencias, con la presentación en la memoria la cuenta -y malas cuentas- de los partidos políticos que ya se alistan para las nuevas elecciones a realizarse en año y medio.

Pareciera que el deber se hace ley. Como los partidos políticos en Quintana Roo se parten y comparten al aliarse buscando las otras "mitades", corresponde a los ciudadanos votar para ver si así funcionan, es decir con respecto a la democracia, Vox Populi, Vox Dei. Tarea que no será fácil, pero como en toda épica popular, finalmente queda la esperanza que se logrará.

Según se dice en los mentideros políticos, Acción Nacional, PAN; de la Revolución Democrática, PRD; Revolucionario Institucional, PRI; Verde Ecologista, PVEM; Alternancia Nacional, PANAL; Encuentro Social, PES y Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, estarán ahí colocados en postura para anidarse con otros pares a mitades o, terciados, para tratar de cautivar al electorado.

Asimismo se escucha y se comenta, entre otros argumentos, que se espetará al unísono la cantaleta, "que viva ya", de los partidos por la mitad, que entre aplausos, vítores adulantes y promesas malhadadas, han convertido a los partidos políticos en un ambiente de incredulidad.

Y sin excepción los partidos por la mitad se han aprestado a clavarle en la espalda el puñal del desdén al pueblo que los hace ser, desgarrando a un más la esperanza.

Una vez superado el escollo que se presentara en las urnas, los partidos dan vuelta de timón para conducirse con efectos crematísticos, individualidades egoístas y conveniencia política con lo que les favorezca al compás del son de Tony Camargo, en donde se desenvolverán como "los partidos por la mitad".

A pesar que 2016 hubo sido un año electoral en Quintana Roo, en el que concurrieron varios factores para desalojar al PRI de la gubernatura, del control del Congreso del Estado y de las alcaldías, capitalina OPB, Solidaridad y Cozumel, por la vía democrática con el sufragio, fue un periodo electoral en el cual por ordenamiento constitucional, se realizaron elecciones de gobernador, diputaciones locales y ayuntamientos, las que arrojaron los peores resultados para el priismo.

Ahora, el objetivo de los contertulios entre los partidos por la mitad con la vista hacia el 2018 para ganar con mayoría de la áreas federales, presidenciales, las cuatro diputaciones de San Lázaro y dos senadurías y en las once alcaldías, que corresponden a Quintana Roo. Mientras el PRI buscará como salir del peso de la derrota infringida por el hartazgo.

Tanto en el contubernio partidista en el oficialismo como en la máquina tricolor, buscarán en el camino electoral, rumbo al 2018, su futuro para sobrevivir políticamente.

Así se llegará al proceso próximo por varias razones, la primera es que la fuerza electoral en Quintana Roo, entusiasta y atractiva como fue en el 2016 y tan anrazada por los electores, no se verá así nuevamente en el 2018, -se pronostica-. Acción Nacional no podrá con su sola fuerza sacra vencer nuevamente al PRI. Ni mucho menos el profano PRD. Juntos para ese entonces, partidos por la mitad.

Esas fuerzas sólo serán con  imágenes arrasadoras para que sean designadas en las urnas, o con una movilización implacable de conciencias de los ciudadanos. Para lograr la magnitud requerida hay una condición irreemplazable, una dirección democrática con un objetivo y una estrategia compartida para que la esperanza renazca en el 2018.

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