Mientras que con las reformas hacendarias se ha generado mucha incertidumbre a los prestadores de servicios y comerciantes de Progreso, de modo que muchos hasta ya han colocado en sus negocios letreros de venta o renta, la pesca continúa resultando afectada tanto por el mal tiempo como por el bajo precio que ha registrado ante la falta de compradores principalmente de pulpo. Ante este complicado panorama, en la que la economía prácticamente se ha desplomado, numerosos pescadores esperan a que en los próximos días se autorice la apertura de una segunda temporada de captura de pepino de mar y otros se aventuran a realizar esta actividad u otras en la clandestinidad. 

La noticia de la existencia de tráfico ilegal de diesel y gasolina, y el hecho de que integrantes de la comunidad pesquera manifestaron que por la maltrecha economía recurren a adquirir este tipo de productos aun sabiendo que incurren en un delito, deja mucho que pensar.

Se acerca el fin de año, y los empresarios de la industria turística sólo piden a las autoridades que no alejen a los visitantes con franjas amarillas y la falta de criterio para aplicar el alcoholímetro. Y mientras esto sucede ilusas mujeres acuden a los mini casinos con la esperanza de que un golpe de suerte les ayude a llevar la comida a casa.