La dinastía Keb de Hunucmá

Todos ellos son muy queridos en su natal Hunucmá, desde donde salieron para combatir en distintos escenarios de la región, luego del país y hasta del mundo.

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La dinastía Keb, hunucmenses que han hecho historia en el pugilismo regional, nacional e internacional desde don Luis Keb Poot “Babe Luis I” hasta Gilberto Keb Baas “Babe Luis V”.

Todos ellos, muy queridos en su natal Hunucmá desde donde salieron para combatir en distintos escenarios de la región, luego del país y hasta del mundo.

El primero de los hijos del don Luis Keb Poot en incursionar en los entarimados fue Luis Enrique Keb Baas “Babe Luis II”, quien disputó el cetro nacional minimosca con el zurdo Jorge Cano en 2 ocasiones, y luego otros de sus hermanos menores también se calzaron los guantes: José Alfredo “Baby Luis III”, Juan Alfonso “Baby Luis IV” y el último, José Gilberto Keb Baas “Baby Luis V”, quien conquistó la corona minimosca del CMB.

Por cierto, Juan Alfonso recordó un episodio de su vida dramático , que dimos a conocer en exclusiva aquí, cuando sintió que el mundo se le acababa la vez que el médico le señaló que nunca más podría subir a un ring porque padecía una enfermedad incurable, la epilepsia, pero fue tanta su fe en Dios que de un día a otro decidió tirar las medicinas que ingería para controlar ese padecimiento y se puso a la disposición del Ser Supremo, y a los 24 años de edad, ya algo tarde, subió a un ring para volverse boxeador profesional.

“Babe Luis IV” es ahora entrenador de pugilistas en su natal Hunucmá. Su objetivo es formar jóvenes boxeadores para alejarlos del alcoholismo y las drogas y si él no pudo ser campeón mundial, quiere que uno de sus pupilos lo sea.

Recordó que cuando tenía 15 años sufrió su primer ataque epiléptico, por lo que tuvo que acudir a un especialista, el prestigiado médico neurocirujano René Herrera Morales, quien le salvó la vida al pugilista Miguel “Pulgarcito” Leal hace muchos años tras aquel dramático nócaut ante el argentino Mario DeMarco en el extinto parque “Carta Clara”, el 1 de mayo de 1982.

Juan Alfonso era boxeador aficionado, que acudió con el especialista para preguntarle cuáles eran los motivos por los que constantemente sufría esos ataques y el médico le diagnosticó epilepsia y que en definitiva tenía que alejarse del boxeo porque estaba en peligro su vida y con los golpes en el cerebro podrían ocasionarle un accidente fatal.

Desilusionado y con la moral por los suelos, Juan Alfonso relató que decidió regresar a entrenar a un gimnasio de boxeo y dejar las pastillas que debería de tomar de por vida, y luego de unos meses en la sala de entrenamientos, regresó con el Dr. Herrera Morales, quien se sorprendió con la recuperación de Juan Alfonso, ya que al revisar el electroencefalograma no le encontró nada anormal al pugilista.

Entonces el médico le autorizó pelear a Juan Alfonso, pero con la condición de que cuando lo golpearan en la mandíbula mejor se quedará tirado, porque corría peligro. Entonces Juan Alfonso comenzó a combatir profesionalmente ya un poco tarde, a los 24 años de edad, hasta retirarse a los 38, por lo que asegura que los 14 años que hizo en el deporte de los puños los vivió en plenitud y nunca dejó de acudir a la Iglesia. Asegura que gracias a su enorme fue se le desapareció ese mal .

Su primer combate profesional lo realizó el 5 de mayo de 1995, cuando venció en esta ciudad por puntos en 4 raunds a Guillermo “Memo” Puga.

Luego de un palmarés de 53 peleas en el terreno de paga se retiró en plenitud de facultades mentales y físicas y ahora se ha dedicado a Dios y a entrenar a jóvenes de Hunucmá para alejarlos del alcoholismo y de las drogas.

El último pleito de Juan Alfonso fue el 29 de noviembre de 2008, en Toluca, cuando cayó por nócaut en 4 raunds ante el mexiquense Eric Ortiz y fue al concluir ese combate cuando decidió colgar los guantes para hacerse manejador de pugilistas.

Dos veces tuvo oportunidad de conquistar un título del mundo, primero ante el colombiano Kermin Guardia, en abril de 2001, en Mérida, cayendo por puntos en electrizante batalla, y luego, en febrero de 2003, frente al campechano-tabasqueño José Antonio Aguirre, con quien perdió por nócaut técnico en 7 raunds luego de derribar al “Jaguar”.

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