Discurso

La comunidad política, y en general la sociedad norteamericana entera, se guía mucho por los discursos de sus líderes...

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Ayer por fin rindió protesta el magnate Donald Trump como el 45º presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.

La comunidad política, y en general la sociedad norteamericana entera, se guía mucho por los discursos de sus líderes, y éstos a su vez cuidan mucho la utilización correcta de esas piezas de oratoria.

Presidentes, primeras damas, candidatos, senadores y otros destacados personajes, en muchas ocasiones y cuando el presupuesto lo permite, incluyen en su nómina a un experto en la elaboración de discursos, en el uso preciso de las palabras con las que pretenden cautivar y apoderarse de la atención de la audiencia, y finalmente conseguir uno o varios objetivos específicos.

Quizá algunos opinen que en los discursos se pueden decir muchas cosas que luego no se cumplen, especialmente en México, donde esto ocurre muy a menudo, pero en los países desarrollados las mentiras, cuando quedan en evidencia, reciben una muy efectiva reprobación que por lo general termina pagando caro quien las emite.

Tengo cierta afición a escuchar con atención discursos políticos, reflexionarlos, analizarlos, me gusta mucho. Lamentablemente si espero a que termine el discurso inaugural de la era Trump para escribir esta columna, probablemente no alcance a ser publicada, de modo que en este momento no tengo idea de lo que dirá el polémico millonario, pero sin duda cada palabra, cada gesto, cada cambio en el volumen de su voz recibirán una gran atención de millones de personas alrededor de todo el planeta, incluyendo la mía.

Por de pronto, en su discurso de la victoria pronunciado la madrugada siguiente al día de las elecciones, envió mensajes de concordia, unión de un país profundamente dividido, respeto, progreso social y económico, y sin embargo con sus declaraciones, tuits y acciones posteriores, ha demostrado que pretende transitar por el camino contrario. Ha proferido amenazas a grandes empresas para evitar que inviertan en nuestro país, alguna cobardemente ha doblado las manos y otras han respondido con dignidad y valentía. Ha demostrado tener un enorme conflicto personal para asumir con entereza las críticas que recibe. Ha propuesto candidatos a puestos clave que los hábiles lobos del Senado han despedazado poniendo en evidencia su deficiente capacidad para la responsabilidad que pretende asignarles. Asume el poder en medio de al menos un centenar de protestas diseminadas por toda la geografía de su país.

No me cabe ninguna duda de que estamos presenciando un espectáculo inédito, de enorme interés global, y del cual ni siquiera alcanzamos a imaginar lo que sucederá a mediano y largo plazo. Algunos opinan que de empecinarse en transitar por el camino que hasta ahora ha mostrado, terminará siendo obligado a ceder el poder en algún momento. El se siente seguro de que permanecerá siendo el inquilino de la Casa Blanca durante 8 años. Estamos atentos, el discurso de ayer y las acciones en los primeros días de su administración serán determinantes, veamos qué sucede.

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