Discusión de propuestas

El objetivo de los candidatos es convencer a los ciudadanos de que los planteamientos son no sólo deseables, sino también posibles, es decir viables, y brindarles herramientas a los ciudadanos para que puedan exigir.

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Como ya advertimos, la presente campaña política será la más corta, esperemos que sólo en tiempo y no en ideas, de nuestro acontecer político: dos meses; al día de hoy (10 días) se ha consumido ya la sexta parte y el tiempo sigue su inexorable marcha. Por tanto, una buena estrategia de campaña debe adecuarse a las circunstancias para obtener la mayor ventaja posible.

Así las tres etapas clásicas: darse a conocer, presentar propuestas y pedir el voto, deben ajustarse a las características de los candidatos; como siempre llevan ventaja quienes son más conocidos,  pues pueden obviar la primera etapa a favor de las otras dos.  Para privilegiar el voto razonado, a mi juicio, se debe enfatizar en la presentación y discusión de propuestas.

Y de lo que se trata, más allá de presentar un catálogo, es de convencer a los ciudadanos de que sus planteamientos son no sólo deseables, sino también posibles, es decir viables, y brindarles herramientas a los ciudadanos para que puedan exigir.

Si analizamos la elección de Mérida, podemos ver, por ejemplo, que hay dos candidatos muy conocidos: Ana Rosa Payán (MC) y Nerio Torres (PRI), otro más o menos conocido: Mauricio Vila (PAN) y dos menos conocidos: Carlos Carbajal Borges (PRD) y Gilda María Aké y Hoil (Morena).

En este sentido, los primeros tres candidatos se pueden saltar la primera etapa, sin tener que recurrir a su presentación pública como lo hacen los dos últimos, pero incluso éstos pueden darse a conocer directamente a través de sus propuestas. Porque convencer a la gente de que vale la pena poner en práctica la idea de algún candidato puede ser el primer paso para obtener el voto.

Sin embargo, hasta el momento no he visto más que actividades que buscan “mostrar el músculo”,  de los partidos políticos o de los candidatos, como en el caso de Ana Rosa Payán, que ha demostrado, sin lugar a dudas, su popularidad, pero que no ha logrado enganchar a la gente con su visión de la Mérida que piensa gobernar.

Mauricio Vila, por su parte, ha preferido el descarte, al decir lo que no va a hacer y no lo que va a hacer, en este caso: pasos a desnivel. Aparte de su pretensión de reciclar a su favor la campaña negativa de Renán Barrera, me parece importante que, ya que reconoce que hay problemas de tránsito en diversos puntos de la ciudad, exponga, por ejemplo, qué es lo que sí haría para solucionarlos.

Y aunque Nerio Torres ha optado por acciones afirmativas, como su propuesta de hacer gratuito el servicio de la recoja de basura, me parece que no acaba por convencernos de su viabilidad, pues puede catalogarse de populista. Para persuadirnos, debe ofrecernos, por ejemplo, datos sobre lo que le costaría al Ayuntamiento este servicio, en comparación con lo que le cuesta hoy, cuáles serían sus fuentes de financiamiento, etc.

Por ello pienso que los candidatos, para convencernos, deben ponerse a discutir sus propuestas.

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