La juventud es un viaje, el cual transcurre como un estado de prueba y error hacia el futuro, un instante perfecto en nuestra vida para poder encontrar un camino y poder dirigirnos hacia la trascendencia. La vida no es un juego, claro que se aprende de caídas y obstáculos que son piedras de las cuales debemos levantarnos, pero también hay que sortearlas para evitar caer nuevamente en ellas.

La juventud es la búsqueda del éxito, es soñar en grande y no tener miedo de ir por tus metas, es disfrutar de la plenitud de la vida, porque un día esta juventud se va a acabar y con ella nuestro cuerpo se va a degenerar y los deberes van a aumentar.

¿Pero cómo se disfruta la juventud? Sencillo, se consigue al descubrir tu misión en la vida, al probar cosas nuevas pero siguiendo siempre tus virtudes y valores, porque quien se aparta del buen camino no está realmente disfrutando sino malgastando. Debemos conocer más allá de los videojuegos, el alcohol, las drogas o el sexo, ya que éstos realmente no nos llevan a una trascendencia verdadera, sino a un disfrute momentáneo y vacío; son acciones insanas que nos envician y nos hacen alejarnos de nuestra libertad. Viviendo así poco a poco te darás cuenta de que has perdido amigos de verdad, que el mundo te señala con el dedo y que no podrás alcanzar la seriedad en relaciones futuras. 

La juventud es magia, es hacer lo que nadie ha hecho para lograr lo que nadie ha logrado, es sonreírle a la vida, saber que mañana habrá una nueva oportunidad para ser mejor; es un camino hacia la grandeza personal, hacia el destino que nos estamos fijando. Disfruta de tus instantes y que, en ellos, la “fuerza te acompañe”.