Una vez más los maestros oaxaqueños nos enseñaron que su receta casera para cobrar sin trabajar les funcionó de maravilla pese a que la espectacular Ley del Servicio Profesional Docente y el amenazante discurso del titular de la SEP, Emilio Chuayffet, les diagnosticaban un cese fulminante. El discurso del Estado de Derecho y la observancia irrestricta de la Ley que afloró convincentemente en boca de los congresistas de la unión hoy enmudeció ante nuestra realidad: “Más vale un mal arreglo que un buen pleito”.

Es increíble el alcance de la corrupción dentro del Estado mexicano. La concertacesión entre dirigentes de la coordinadora de maestros de la sección 22 con la Secretaría de Gobernación y el gobierno oaxaqueño para que los maestros regresaran al aula después de dos meses de paros y plantones a cambio de pagarles todos los bonos y cheques de su sueldo que les fueron retenidos por no trabajar confirma, una vez más, que la ilegalidad en México está por encima de las leyes.

Los verdaderos maestros saben que, aun trabajando en días festivos y puentes del calendario escolar o aumentando más horas a la jornada escolar, el programa de estudio nunca se cubrirá efectivamente; y reponer las clases en los viernes destinados a las reuniones del consejo técnico escolar será cometer una nueva violación a las disposiciones de la desacreditada reforma educativa.

Ahora, resulta interesante conocer ¿qué hará el gobierno de Oaxaca en las escuelas donde los padres contrataron maestros externos para que sus hijos no pierdan clases durante los paros y ahora rechazan el regreso de los maestros de la CNTE? ¿Será legal permitir el retorno de aquellos que de acuerdo con la Ley ya debieron ser cesados por abandono del trabajo? Como estado de Derecho, ¿a quién debemos apoyar entonces?, ¿a los niños afectados o a los vándalos que amenazan al Estado y a la sociedad con alterar la paz pública?

Las interrogantes son muchas pero, ¿en verdad el gobierno federal quiere componer el rezago educativo que arrastramos de sexenios atrás?, ¿o sólo será la clásica “papa caliente” que cambiará de manos sexenalmente como lo afirman los dirigentes del SNTE cuando aseguran que la evaluación al magisterio será hasta el 2019 y luego será cambiada por el nuevo presidente? Saque usted sus conclusiones, en tanto los maestros de Campeche, Chiapas y Michoacán siguen con sus desmanes.