Dolor que se hace nuestro

Aunque les pueda parecer extraño, escuchar alguna noticia de otro estado o país, es hacerla mía. Me permiten acercarme a otras realidades hermosas y también dolorosas.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

En ocasiones  es difícil entender lo que sufren las personas en otros estados o en otros países. Cuando leemos en la prensa o vemos las  noticias de un desastre natural o cuando sabemos que están pasando por algún tipo de guerrilla o presión política, a los yucatecos nos cuesta trabajo darle el justo tamaño a lo que sucede en otros lugares, gracias a que afortunadamente los desastres naturales pasan cada 10 años y las guerras, guerrillas o presiones políticas no son catastróficas. 

En el pasado leía alguna nota sobre Sudamérica y lo lamentaba, pero de ahí no pasaba. En 2015 tuve la oportunidad de conocer y vivir con 14 mujeres de Latinoamérica, y no solamente aprendí a admirarlas sino que se quedaron en mi corazón y son parte ya de mi vida.  

Y aunque les pueda parecer extraño, escuchar alguna noticia de donde sé que alguna de ellas está es hacerla mía. Ellas me han permitido acercarme a otras realidades hermosas y también dolorosas, pero que con valentía las van enfrentando, muchas veces arriesgando su integridad física. Son un motor para que desde mi trinchera siga preparándome y hacer más por los demás.

En el último mes, a este grupo de amigas nos ha entristecido conocer la catástrofe que están sufriendo los ecuatorianos con los terremotos, que representan muchas pérdidas materiales, pero, sobre todo, de vidas humanas y animales. De igual forma, de otra parte de Sudamérica, aunque existen muy pocas noticas de la situación que están viviendo sus habitantes, de un país hermoso, Venezuela, al que poco a poco lo están destruyendo y cuya  gente sufre por falta de lo más básico y sueña con vivir en paz, me atrevo a citar a dos mujeres valientes:

 “Cada día nuestras vidas son sacudidas por el dolor y la tristeza de los que viajan a otros lugares en busca de oportunidades que aquí no existen, parten porque aquí el hampa no tiene límites, por los que se ven obligados a cerrar sus empresas y en sus rostros hay dolor y luego los consume la depresión; amigas, disculpen, hoy la lluvia y el cielo nublado hacen un día triste, uno más”. 

“Amigas, cada día es más difícil, no dejo de luchar, sólo le pido a Dios salud y fuerza para aguantar, nos unimos para que nos envíen agua, y fuimos agredidos, a mi esposo al defenderme le fracturaron la mano, he estado triste por la impunidad y denunciando no lograré nada”.

Amigas, hermanas, por ahora sólo puedo ofrecerles mis oraciones y pedir a los que me leen que se unan conmigo para que su realidad mejore muy pronto. Sé que son mujeres fuertes y de fe. Las quiero.

Lo más leído

skeleton





skeleton