Qué difícil puede ser reconocer que alguien que pensamos sabe menos que nosotros puede enseñarnos algo.

La lección la recibimos, el pasado día 7, de los niños y las niñas de San Crisanto, quienes se confesaron integrantes de una ecopandilla, que ya lleva dos años trabajando en beneficio de su región con diversas tareas: sembrando huertos familiares, cuidando el ambiente, la flora y la fauna para evitar así la contaminación, y exhortaron a sus mayores a trabajar más en ese objetivo que nos beneficia a todas y a todos.

El Día Internacional de los Humedales se conmemoró el pasado 2 de febrero y en ese marco, con el esfuerzo conjunto de la Codhey, la CNDH y la Fundación San Crisanto, realizamos un evento con servicios que ofrecen diversas dependencias en el programa “Recicla por tu bienestar”, además de actividades de la Comisión estatal de Derechos Humanos; la CNDH nos envió a su director general de Enlace y Desarrollo con ONG’s, Enrique Ku González.

Numerosos funcionarios atestiguaron lo realizado en bien del ambiente en la comisaría de San Crisanto, municipio de Sinanché.  A todos mi reconocimiento, pero especialmente al gobernador del Estado, por el apoyo dado a ese trabajo, y a su esposa, Sarita Blancarte, presidenta del DIF estatal, quien se mostró muy interesada en la labor que se realiza para la preservación de la región. También agradezco a las dependencias que nos apoyaron con actividades diversas.

Es de reconocerse el esfuerzo del LAE José Inés Loría Palma, presidente de la Fundación, y también consejero de la Codhey, por la labor hecha.

Espero que esto sea el inicio de futuros proyectos y de acciones concretas a favor de las niñas y los niños en Yucatán, y de la sociedad en general. Al final de cuentas trabajar en el cuidado y la preservación del ambiente, es trabajar a favor de nosotros mismos.