Educación y desarrollo

Triste realidad la de quienes han hecho un esfuerzo en este país por tener un nivel académico cada vez más alto...

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Triste realidad la de quienes han hecho un esfuerzo en este país por tener un nivel académico cada vez más alto, ya que según el último estudio “Panorama Educativo 2014” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), tener un mayor nivel educativo en México, no es garantía para obtener en el mejor de los casos un empleo o superarlo.

Lejos quedaron esos días en que la idea generalizada de estudiar una licenciatura o una ingeniería se traduciría en obtener un buen empleo, bien remunerado.

Desde el gobierno se sigue manteniendo la política de fomentar sólo los estudios oficiales, que en el mejor de los casos, alcanzan el nivel de preparatoria. Otra realidad es que, la política de generación de empleos se orienta hacia el trabajo técnico y no de especialidad; basta ver los clasificados en cualquier periódico, para darse cuenta de que lo técnico destaca ante las especialidades en el mercado laboral.

Durante muchos años, he tenido la oportunidad de conocer en Quintana Roo, Ciudad de México, Querétaro, Estado de México, y otros estados, personas con una excelente  preparación académica, universitarias, con maestrías e inclusive doctorados, que desafortunadamente no han encontrado o les ha sido muy difícil acceder a empleos relacionados con sus áreas de preparación, bien remunerados. Recuerdo bien un caso, en el que una persona llegó a una entrevista de trabajo y antes de que pudiera avanzar en la misma, se le descartó por el simple hecho de estar sobrecalificado para el puesto que se ofertaba; y así muchos casos más, en una realidad implacable para quienes han querido obtener un grado académico superior.

Otra situación que viene a agravar la realidad de jóvenes universitarios a la hora de buscar trabajo, es la saturación en distintas carreras, como por ejemplo, administración, turismo, derecho, contaduría y comunicación, sólo por mencionar algunas, donde son tantos egresados, que difícilmente encontrarán un hueco en el mercado laboral y tendrán, en el mejor de los casos, que optar por otras actividades en áreas que no son su especialidad o ingresar a las filas de la informalidad.

En 2012, de acuerdo con el estudio de la OCDE, las tasas de desempleo fueron más altas entre los adultos con educación superior al ubicarse en 4.6 por ciento que entre los adultos sin educación media superior, donde el porcentaje fue de 3.5 por ciento.

En cifras, el INEGI destaca que el 40.4 por ciento de los desempleados en México, cuentan con estudios de educación media superior o superior, por lo que  la OCDE sugiere que se disminuya la demanda de trabajadores menos calificados, para incentivar el empleo de  personas más preparadas. 

Esta situación que señalan organismos internacionales, hace que se pierda competitividad, genere inestabilidad y problemáticas sociales, ya que en estos rubros, México se mantiene recurrentemente en los últimos lugares, frente a los países que ven como un motor de desarrollo a la educación. ¡Qué la pluma siga girando!

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