Educando en la desigualdad social

La baja calidad educativa de los alumnos mexicanos, expuesta en los resultados de las pruebas PISA y Enlace, demuestra que los actuales programas de estudio no son los adecuados para superar nuestra crisis social y cultural.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Cada día reflexiono más sobre la insólita decisión de aplicar nuevas evaluaciones o encargar proyectos de trabajo a aquellos alumnos de secundaria que hasta la fecha no tienen un promedio parcial aprobatorio a fin de cambiar la calificación reprobatoria de alguno de los tres primeros bimestres por una que les permita salir a flote en este curso escolar y evitar con ello el creciente índice de reprobación escolar.

La baja calidad educativa de los alumnos mexicanos, expuesta en los resultados de las pruebas PISA y Enlace, demuestra que los actuales programas de estudio no son los adecuados para superar nuestra crisis social y cultural. 

¿De qué sirvió el programa de Carrera Magisterial que, al final, no elevó un céntimo la calidad educativa y sí, en cambio, resultó un fenomenal derroche de recursos cobijado en la corrupción y venta de exámenes? Los vanos intentos de la RIEB y sus últimas adecuaciones en 2011 tampoco evitaron la etiqueta de “coleros” que la OCDE nos puso en el sector educativo. Y ahora recientemente con la Reforma Educativa estrenamos la nueva Ley General del Servicio Profesional Docente que no propone una estructura de carrera profesional para el maestro, ya que sólo dice cómo ingresar al servicio y de qué manera serán echados de la docencia.

Si ya se hizo de todo y nada funcionó, entonces ¿a dónde debemos mirar? Manuel Gil Antón, estudioso del  Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Centro de Estudios Sociológicos en el Colegio de México, afirma: “A los más pobres les damos la peor educación posible” y sentencia: “La desigualdad social profundiza la desigualdad escolar, pues cada vez que se pasa de un nivel escolar a otro, quedan menos estudiantes y éstos son los que tienen mejor nivel económico”…  

El problema no son sólo los maestros, es un error tener a la evaluación de los maestros como eje de cambio; la Reforma no fue educativa, sino laboral, y fue impuesta como una estrategia de control, condicionando a los maestros con una evaluación. Con esta Reforma, el Estado no pretendió retomar la rectoría de la educación, sino la de los sindicatos.

Hoy se realizan foros de consulta en todo el país para revisar el modelo educativo, cuando esto debió hacerse antes de llevar a cabo la reforma. Si no acabamos con la desigualdad social, todos nuestros problemas irán en aumento.

Lo más leído

skeleton





skeleton