El agravio al Ejército en Oaxaca

Obligaron a soldados a abandonar las oficinas electorales que custodiaban, para luego vandalizar edificios y quemar material electoral y equipo.

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Diversos medios registraron el momento: los soldados se retiraban a pie, con su equipo de campaña y armas al hombro, despedidos con gritos de "¡Oaxaca no es cuartel, fuera Ejército de él!". Imagino lo que pasaba por la mente de las tropas en esos momentos.

Ocurrió el martes pasado, en Santa Lucía del Camino, una de varias comunidades oaxaqueñas donde los maestros de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) obligaron al Ejército a abandonar las oficinas electorales que custodiaban, para luego vandalizar edificios y quemar material electoral y equipo que se utilizará el próximo domingo.   

No solo es Oaxaca, también en Chiapas, Guerrero y Michoacán, principalmente, los docentes y otros grupos han enrarecido el proceso electoral que tendrá su punto culminante este domingo 7 de junio. El blanco ha sido las instalaciones del Instituto Nacional Electoral, en un afán por evitar las elecciones intermedias.

Ante la retirada de los militares (evitar la confrontación fue la orden del alto mando) algunas voces reprobaron el hecho al considerar que fue un agravio hacia el Ejército y sienta un precedente negativo, pues ahora cualquiera se sentirá con el valor de faltarles al respeto y poner en entredicho su autoridad.

¿Exageramos? Quizá, pero quienes dieron ese trato indigno a los militares, olvidan que el Ejército y la Marina siempre han respondido cuando se les ha pedido que realicen tareas de civiles, y están en la primera línea para brindar auxilio a sus pueblos y a ellos en caso de alguna contingencia.

Muchos nos preguntamos por qué las autoridades (de los tres niveles) permiten la impunidad de quienes realizan estos actos que ponen en riesgo no solo la democracia sino principalmente a la ciudadanía. Ante este escenario, se pide al Ejecutivo que las fuerzas armadas garanticen al pueblo su derecho al voto. 

Tradicionalmente, soldados y marinos permanecen acuartelados en previsión de que se les requiera, pues la vigilancia y orden de los comicios corresponde a las policías estatales y municipales. Pero ayer, el Ejército prácticamente tomó Chilapa, Guerrero, para brindar seguridad a la población y cuidar el proceso electoral, ya que la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (Ceteg) y el Movimiento Popular Guerrerense (MPG) advirtieron que no permitirán la instalación de casillas.

Si bien están focalizados estos hechos, tampoco hay que minimizarlos, y quienes apuestan a la anarquía, no deben olvidar que muchos países quisieran tener el derecho que tenemos los mexicanos de poder elegir libremente a nuestros gobernantes. Valoremos y ejerzamos ese derecho. No caigamos en confrontaciones que lastiman a nuestro país y a las instituciones.

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