El arco de Cupido

Una sólida relación amorosa hace posible un buen ambiente familiar, donde los hijos pueden desarrollar mejor sus cualidades.

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Así como el cabal conocimiento del sistema  digestivo no asegura una buena digestión, el mejor entendimiento de la bioquímica del amor no es garantía de una duradera relación amorosa, pues se requiere de otros importantes ingredientes para conseguir este propósito.

 No cabe duda que en la actualidad la relación amorosa se encuentra en crisis, manifestándose  por la gran cantidad de matrimonios que terminan pronto  o tarde en divorcio y el  incremento de embarazos  en adolescentes; esto se debe en gran parte  al involucramiento exclusivamente  de la bioquímica de Cupido,  ya que, como se sabe, tienen un tiempo de agotamiento los neurotransmisores cerebrales del amor y la vasopresina -péptido de la fidelidad- en el humano no se produce  en cantidades suficientes ni de manera constante.

Y en el caso de los adolescentes la falta de madurez, por la edad, de las estructuras cerebrales subcorticales  reguladoras de las emociones  los hace muy susceptibles a la gran cantidad de estímulos sexuales que proveen los medios masivos y digitales  de comunicación, iniciando una actividad sexual  precoz  sin la conciencia de los riesgos que ésta tiene: el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual.

Iniciar una relación sólo por el arrebato amoroso no suele ser suficiente para mantener su solidez, pues debería haber un plan de vida compartido y una plena conciencia de que la vida es un proceso y no un estado, sobre todo en lo que se refiere a las características físicas de la juventud.

“Una mujer bella es una joya, pero una mujer buena es un tesoro” y lo mismo podría decirse del hombre, aunque la mujer en este aspecto  lleva la peor parte, pues al gestar a los hijos y al depender de sus ovarios, que dejan de ser útiles en la menopausia, entonces la pérdida de estas características  se hace más pronunciada en ella habitualmente, a pesar de los esfuerzos  de la  dermatología cosmética que trata de compensar lo que el tiempo va deteriorando.

Una sólida relación amorosa hace posible un buen ambiente familiar, donde los hijos pueden desarrollar mejor sus cualidades y posteriormente repetir este patrón de vida,  que  mucho beneficia al país, porque la familia  es la  célula que da solidez al tejido social.

Una buena guía para mejorar esta relación sería la definición de educación como el desarrollo armónico de las facultades físicas, intelectuales y morales; al término del agotamiento de la flecha de Cupido, el cerebro debe continuar motivándose con inteligente y moral voluntad para enfrentar los nuevos retos: educar a los hijos y mantener la superación personal  de la pareja, tomados de la mano y ya no sólo mirándose a los ojos, sino poniéndolos en la misma dirección para mejor enfrentar  los altibajos que este camino conlleva.  

PD: El Colegio de Dermatólogos de Yucatán perdió a uno de sus miembros más destacados: el Dr. Juan José Ávila Várguez. Descanse en paz.

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