El avión... El avión

El video de la semana se lo llevó en esta ocasión la polémica senadora perredista por Quintana Roo, Luz María Berinstáin Navarrete...

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El video de la semana se lo llevó en esta ocasión la polémica senadora perredista por Quintana Roo, Luz María Berinstáin Navarrete a quien se le ve en el aeropuerto de Cancún, vestida con una playera azul a rayas tipo marinera, despotricar en contra de una asombrada empleada de mostrador cuyo único “pecado” fue aplicarle la política de  no permitir a pasajeros morosos abordar la aeronave que estaba a punto de despegar.

La molestia de la senadora plurinominal puede resultar válida, pero de ninguna manera lo será la forma y la actitud que asumió para reclamar un pretendido derecho. En primer lugar se observa en el video cómo en fracción de segundos la legisladora se va desencajando en una protesta que en su inicio pretende ser intimidatoria para la empleada de mostrador. Con actitud altiva grita: “Soy una autoridad que represento en el Senado a Quintana Roo”… primera mentira pues en realidad es tan sólo una representante popular que debe el  cargo a electores como la ciudadana que tiene en ese momento enfrente.

Luego pasa al chantaje emocional al pretender justificar su retraso: “no me quedé dormida en casa, vengo de una sesión para mejorar precisamente el aeropuerto”… La empleada no se inmuta y le intenta explicar una vez más que la política de la empresa no le permite darle un pase de abordar en virtud del retraso evidente. 

La célebre “güera” Berinstáin, quien una vez hace algunos ayeres fuera representante de la belleza en su estado natal, se dirige a dos empleados del mismo aeropuerto que se encontraban cerca del mostrador, intentando llamar su atención y tomarlos como testigos, pero por respuesta uno de ellos le aclara que tenía que llegar a las cinco treinta y cinco “y son las cinco cuarenta y cuatro”. En otras palabras, no encuentra eco a su reclamación y eso le altera los nervios más…

Pierde la fémina entonces la cordura por  enésima ocasión y ya sin argumentos serios ni convincentes demuestra lo que ha aprendido en la tribuna: a descalificar sin razonamientos probados. “A lo mejor – exclama subiendo el tono de voz- la señora (refiriéndose a la empleada de mostrador) es de un partido distinto al mío”….

La empleada, contrariamente, no pierde la paciencia y pareciera que inclusive le ha ganado el improvisado debate sobre política mercantil a la legisladora del PRD. Desde luego no puede caber en la cabeza de una representante de Quintana Roo que gestiona recursos para mejorar el aeropuerto que una simple empleada resulte triunfadora tras la inusual tribuna del mostrador de una línea aérea. Enfurecida, siempre manoteando y sin dejar de apuntar con índice de fuego a su contraparte, la senadora vuelve a la cargada y deja muy en claro que: “Soy tu representante en la más alta tribuna del país”. La respuesta de la empleada es parca pero contundente: “Pues no lo parece”…

Fracasadas las estrategias primero de la intimidación y luego del chantaje emocional, la senadora que presume sin serlo prima del dirigente perredista  Carlos Navarrete Ruiz, le increpa a la empleada ¿Dónde estudiaste?, queriendo quizá decirle que su educación no fue muy buena, quizá no tan buena para poder llegar – como ella – a la más alta tribuna del país.

Otra pasajera con inconfundible acento portugués se acerca también al mostrador y le hace segunda a la iracunda Berinstáin; aquella explota contra la línea aérea y le  lanza una mentada de ma…, por lo que al verse atacada por dos flancos la empleada de mostrador decide de manera correcta dar dos pasos hacia atrás y desaparecer de la escena.  

La senadora debe estar satisfecha. No ganó la inesperada disertación pero mereció el día de ayer las luces y reflectores de una buena parte de la prensa nacional, algo a lo que muchos perredistas están acostumbrados porque la descalificación es el método y la soberbia y la intransigencia sus instrumentos para acceder al poder.

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