El Boxito Gasparín

De la nómina de los maestros en Yucatán 2 mil 416 son “aviadores” que bajan quincenalmente a recoger su cheque y levantan vuelo de nuevo.

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Quienes pensaban que en Yucatán no existían espectros vivientes en las escuelas, los caza fantasmas del Inegi, con empeño y novedosa encuesta, lograron detectar a 13 mil 530 supuestos trabajadores de la Secretaría de Educación de Yucatán, entre maestros, administrativos y manuales que cobran quincenalmente y no laboran en el plantel donde aparecen en nómina.

Increíblemente 4 mil 096 de ellos son jubilados, pensionados y personas fallecidas, y alguien cobra por ellos en la nómina. Otros 2 mil 416 son “aviadores” que bajan quincenalmente a recoger su cheque y levantan vuelo de nuevo. Unos 870 son ilustres desconocidos que cobran en la Segey. Los más vivos, unos 2 mil 721 aparecen comisionados a los sindicatos, un exceso si consideramos las denuncias de los maestros de que tampoco acuden a sus locales sindicales a trabajar; y al final tenemos otros 3 mil 427 que sí trabajan pero no en su escuela. Por último aparecieron 172 maestros con cuatro o más centros de trabajo y 657 con tres, cuando sólo pueden cubrir dos a lo máximo.

La escandalosa cifra no es nueva, como tampoco lo es la decadente trayectoria de la educación pública en México. El valiente y decidido esfuerzo del presidente Peña Nieto de agarrar al toro por los cuernos y aplicar el Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial para tener el registro preciso de las escuelas, profesores y estudiantes, se convierte en la herramienta útil para el análisis, un sistema de información y una base de datos invaluable para empezar una serie de ajustes y reformas. Para enderezar la ruta. Enfilar la nave a nuevos horizontes requiere del esfuerzo conjunto de todos los órdenes de gobierno y dependencias involucradas, inclusive la educación privada.

El director general del Issste, Sebastián Lerdo de Tejada, anunció la cancelación del trámite conocido como “pase de vigencia” o “supervivencia” que realizaban  más de un millón de jubilados y pensionados  cada seis meses para seguir cobrando sus pensiones. Este trámite complicaba la vida a los pensionados y jubilados, pues los obligaba a desplazarse en condiciones físicas de gran desventaja. Ahora  los compañeros de la tercera edad recibirán al personal del Issste en sus domicilios simplemente para verificar su situación de salud actual. Estén pendientes.

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