El Buen Fin es una cosa esplendorosa

Lo que sin duda tuvo grandes descuentos fueron los cuernos de chivo que están tan de moda entre las guardias comunitarias en Tancítaro.

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Parodiando a Vicky Carr, los mexiania no estamos cansados de tanto besar, sino de tanto comprar. Fidelísimos a la locura del shopping, vi hasta los mejores tarjetahabientes de mi generación protagonizando filas inconmensurables para ponerle los ojos como platos a las cajeras que no daban crédito por la manera salvaje en que fulminaban sus créditos al ritmo de “Si nos hemos de hundir, que sea como el Titanic”.

Lo que viene siendo el papel del Buen fin en la transformación del hombre en pignorante de incómodas mensualidades.

 Así, Los Chuchos perredistas estaban al 2x1 en su denodada lucha contra la venta de Pemex. Y si te llevabas tres te regalaban una foto de Navarrete.

Y estuvo de teleofertón que Navarrete mirara con sospechosismo la ausencia en el acto de su contrincante en la lucha por la presidencia del PRD, Marcelo Ebrard. Sobre todo porque Marchelo pretenda democratizar al partido con consultas populares para la elección de dirigentes, como si no supiera que lo IN es el dedazo. Digo, ya está devuelta, ni modo de desaprovecharlo en abonos chiquitos para pagar poquito.

Lo que sin duda tuvo grandes descuentos fueron los cuernos de chivo que están tan de moda entre las guardias comunitarias en Tancítaro. Digo, ni modo que la gente no se proteja con armas del mismo calibre con las que el crimen organizado los amenaza.

Las imprecaciones también estuvieron en rebaja, pero el que más se llevó fue el amigo del proletariado sin cabeza del SME y Mexicana de Aviación, Javier Lozano. Desde Mony de Swaan hasta jóvenes le dijeron de cosas. Ni Salinas es tan impopular hoy.

El que no se esperó al Black Friday para adquirir boletos para eventos deportivos fue Felipe Calderón. Lo vimos narrar el Clásico de Octubre como si fuera esta noche la última vez, y ahora en el GP de Austin hizo dos enérgicas protestas como en los viejos tiempos cuando trabajaba de pequeño tiranuelo: contra la bandera mexicana con una hoja de mariguana en la tienda de McLaren, además de una diatriba laboral a favor de Checo Pérez. Seguro en Harvard ya me lo humanizaron, pues fue tan encendida la filípica de Felipe, que ya la hubieran querido los niños de la guardería ABC.

Y ya para que no digan que este es el país del nunca pasa nada, el remate de remates ofreció matazones en Chihuahua, Guerrero, Michoacán y varios estados fallidos más, y todo por un solo precio de Buen Fin.

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