El Cancún de los 90’s, el de Cancún Magazine

En estos días llegó a mis manos una compilación muy interesante de una revista bimestral, producida por Fernando Martí a finales de 1989 e inicios de los 90’s...

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En estos días llegó a mis manos una compilación muy interesante de una revista bimestral, producida por Fernando Martí a finales de 1989 e inicios de los 90’s, lo que significó un descubrimiento para mí. 

Seguramente algunos pioneros de Cancún la recuerden, pero para mí, con apenas 10 años en esta ciudad, la lectura de cuatro tomos de artículos, noticias y eventos fue fascinante.

Era un Cancún muy diferente, un Cancún con rezagos del huracán Gilberto, un Cancún sin Riviera Maya, donde Puerto Aventuras empezaba a despuntar, con una preocupación por una “nueva modalidad” de hospedaje llamado All Inclusive, un Cancún al que apenas llegaba la cadena Oasis, un Cancún de Aerocaribe, un Cancún con 400 mil habitantes, un Cancún en el que Xcaret planeaba recibir 100 mil visitantes al año… Un Cancún diferente.

Para alguien que se ha dedicado a estudiar la historia de la fundación y crecimiento de la ciudad, desde la parte teórica, conocer este pedacito de realidad de la ciudad de hace 25 años, fue extremadamente enriquecedor.

Más allá de ver fotografías de una zona hotelera aún en crecimiento, de las maravillas del corredor Cancún-Tulum, aún inexplorado, de ver a los líderes empresariales hace tantos años, de conocer discotecas que se ubicaban en el Party Center y de las que hoy no queda ninguna, de leer entrevistas con el ex gobernador Borge Martín, entre muchos otros temas, varias cosas han llamado poderosamente la atención. Tal vez no es un Cancún tan diferente del que vemos hoy en día.

Leo preocupaciones de temas que hoy siguen siendo nota: la desigualdad entre la zona turística y la ciudad, la marginación, la preocupación por el cambio de horario, el deseo de no sobredensificar la zona hotelera de Cancún, la baja en las tarifas al atraer un turismo de mayor densidad y de mayor calidad, la contaminación de la laguna Nichupté.

Dos reflexiones vienen a mi mente de esta lectura de la “realidad” de nuestra ciudad hace 25 años, las cuales quisiera compartir con ustedes, aunque he de confesarles que este descubrimiento puede dar para muchos otros textos.

La primera, es que los líderes empresariales de antaño siguen siendo los mismos que siguen siendo dueños de hoteles, de medios de comunicación, que siguen involucrados en la política y la vida pública de la ciudad; esto significa que, salvo algunas excepciones, no hemos tenido un cambio generacional de liderazgo, no hemos avanzado en integrar una nueva dinámica social liderada por jóvenes empresarios con visiones de desarrollo distintas. No estoy seguro que 25 años sean suficientes para ello, pero me parece que deberían serlo.

La segunda, seguimos arrastrando preocupaciones ambientales y sociales desde hace 25 años; los temas vertebrales del crecimiento de la ciudad, de la sobredensificación, del cuidado del medio ambiente, de la “construcción” de ciudadanía, de la polarización entre habitantes, siguen estando ahí. Esto significa que en 25 años, aunque sin duda hemos crecido turísticamente, no lo hemos hecho socialmente; avances hay, y no puedo tampoco dejar de reconocer esfuerzos en el tema, pero los problemas siguen estando latentes.

Esperemos que, en el momento en que dentro de 25 años, alguien como yo descubra las publicaciones y notas que se publican hoy, analice y descubra cambios importantes a estos problemas que seguimos sin resolver. 

Este trabajo nos toca hacerlo a todos.

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