El Caribe, una zona vulnerable

Los ciclones tropicales y la erosión costera son problemas que cada día preocupan y ocupan más a los gobiernos de dicho bloque.

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El pasado martes, el presidente Enrique Peña Nieto inauguró en esta capital yucateca la III Cumbre México-Caricom, en donde el mandatario federal anunció acciones para apoyar a los países que integran ese bloque regional, y ahí se abordaron dos temas de suma importancia para las naciones que conforman dicho grupo. 

Tuve la oportunidad de escuchar de voz propia de los presidentes y ministros del Caribe la situación de vulnerabilidad de carácter ambiental que afecta a sus países, en su generalidad en vías de desarrollo. 

El tema eje de la vulnerabilidad giró alrededor del ya conocido Cambio Climático Global, situación que por requerir de acciones de mitigación y adaptación nos pone a trabajar de manera concurrente, pues la similitud de climas y ecosistemas nos permite tener muchas coincidencias a este respecto.  

Los problemas de concurrencia constante entre los integrantes de la Caricom son los ciclones tropicales y la erosión costera, problemas que cada día preocupan y ocupan más a los gobiernos de dicho bloque. 

El premio Nobel de química 1995, Mario Molina, planteó la necesidad de contrarrestar los efectos del cambio climático, como los golpes de calor, el aumento de temperatura y la alteración de la composición de la atmósfera, mediante medidas de reducción de emisiones de gases emanados de combustibles fósiles, expresión muy aplaudida por todos los ahí reunidos.

La situación geográfica de los países del Caribe los pone en desventaja en relación con otras regiones, los hace sumamente vulnerables a fenómenos naturales, entre los que destacan los ciclones tropicales, meteoros que cada año los afectan de manera sustancial y los daños que ocasionan cada vez son mayores. 

Ante esta realidad hay que reconocer que en materia de prevención tenemos que poner más empeño, debemos desarrollar un sistema que nos permita agilizar las fases de sensibilización del antes y durante de un desastre y contar con mecanismos más ágiles y seguros para el envío de la ayuda humanitaria. 

Es necesario, desde mi muy particular punto de vista, elevar los niveles de política pública respecto a este tema y poner más empeño en la atención a los desastres, ya que esta carencia nos ha dejado pérdidas y no sólo económicas.

Algo en lo que la mayoría de los diplomáticos que asistieron a la cumbre coinciden es en la urgente protocolización sistemática de acciones tanto de mitigación como de adaptación ante el cambio climático, ya que sus efectos nos están haciendo cada día más vulnerables.

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