El Castillo de Kukulcán (2)

Se liberó de escombros la base del edificio y se procedió a consolidar las piedras que no habían sido movidas.

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Rastreando los archivos del INAH vemos que en el año de 1928, un equipo de especialistas, dirigido por el inspector de monumentos prehispánicos Eduardo Martínez Cantón, reanudó labores de excavación y restauracion del Castillo de Kukulcán en Chichén Itzá,  en el primer cuerpo d el lado este de la fachada norte del edificio. 

Se liberó de escombros la base del edificio y se procedió a consolidar las piedras que no habían sido movidas, también se desmontó parte del basamento, marcando previamente las piedras que se removieron y que posteriormente se repusieron sobre un mortero de cal y gravilla.

También se restauró el noveno cuerpo de la esquina noreste y se inició la restauración del segundo cuerpo del Castillo. En ese mismo año, se realizó la restauración del mascarón central que hoy vemos en el friso del templo superior.

En la misma temporada de campo se inició la restauración de la escalinata norte, así como el sexto y el octavo cuerpos de la esquina noreste.

En la siguiente temporada de campo en 1929, Martínez Cantón concluyó la restauración de la escalinata norte, realizó la restauración de los siete cuerpos de la esquina noroeste y terminó de completar los ocho del lado noreste. 

Se complementa la restauración del lado este, la integración de las alfardas así como el ensamble de las serpientes emplumadas correspondientes a la escalinata norte.

Durante 1930 y 1931 el mismo inspector interviene el costado oeste reintegrando la escalinata con 91 escalones, así como los nueve cuerpos de las esquinas noroeste y suroeste. 

En 1931 con la intención de entender mejor la secuencia arquitectónica del Castillo se exploró un túnel debajo de la escalinata norte, en el que se descubrió una subestructura 15 metros al interior de la superestructura actual.

En 1932 la tarea fue proseguir con la excavación y restaurar el Castillo, también se comenzó a consolidar la fachada sur de la subestructura y se descubrieron dos urnas de piedra con restos humanos, la segunda de éstas era un elaborado entierro. 

Durante 1932 y 1934, el equipo de Martínez Cantón y José Erosa Peniche continuó excavando y se consolidó el túnel que lleva a la subestructura del Castillo, exploración que derivó en el hallazgo de una estructura adosada que fue interpretada como un altar. 

En 1934 el equipo de Martínez Cantón y Erosa Peniche prosiguió la restauración del Castillo y la intervención del techo del templo para evitar el deterioro de las lluvias.También continuaron con la excavación del túnel en el Castillo, tema que seguiremos la próxima semana.

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