La gran expectativa creada por el aumento de cinco días al calendario escolar, con el supuesto de que ayudaría a mejorar la calidad de la educación, terminó en lo mismo: 200 días de clases, además de la inconformidad de los maestros que ya no saben qué hacer con los escolares porque los directivos les han pedido con mucha anticipación los resultados finales de sus alumnos, lo que se refleja en el desánimo escolar.

La razón de meterle cinco días adicionales para llegar a 205 se ve forzada por las ocho sesiones ordinarias del Consejo Técnico Escolar previstas para el viernes de la última semana de los meses completos: septiembre, octubre, noviembre, enero, febrero, marzo, mayo y junio. En dichos días no habrá clases. La fase intensiva será durante los cinco días previos al inicio del ciclo escolar. Además la participación en las sesiones del CTE es obligatoria y abarca la totalidad del horario escolar.

Refiere la Secretaría de Educación que “la decisión de restituir plenamente los Consejos Técnicos Escolares se fundamenta en la necesidad de construir la autonomía escolar. La nueva visión es convertir a la escuela en el espacio donde los maestros, a partir del trabajo colegiado, la autoevaluación, la toma de decisiones compartida, transformen los centros escolares y generen los aprendizajes pertinentes en los estudiantes con  la corresponsabilidad de las autoridades. 

Con ello se apela a la responsabilidad y profesionalismo de los profesores y se confía en su compromiso con México y con sus alumnos”.

En su generalidad, el nuevo calendario contempla 3 puentes programados para los lunes 18 de noviembre, 3 de febrero y 17 de marzo; además de los días festivos del 16 de septiembre y 1, 5 y 15 de mayo, 7 en total. 

La gran duda es si el gobierno estatal seguirá retrasando el ingreso a las escuelas o se ajustará a los tiempos planteados a nivel nacional; de cualquier manera, la ampliación quitará días de diversión en la playa. Cabe recordar que antes de 1993 teníamos 180 días de clases, con la descentralización educativa subió a 200, y ahora llega a 205 días, sin embargo cada día estamos peor. 

La relación inversa tiempo-calidad nos revela que con más días de clases la calidad va a la baja. Busquemos entonces revertir esta fórmula para el bien de nuestros hijos.