El crimen a Othón Cortés

El miércoles 23 de marzo de 1994 Othón Cortés formaba parte del equipo logístico del PRI de Baja California, en la gira de Luis Donaldo Colosio, que fue asesinado.

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El destino solo se conoce el bajar en la última estación. Florestán

El 14 de febrero de 1995, un grupo especial de la fiscalía de la PGR, a cargo de Pablo Chapa Bezanilla, irrumpió en casa de un humilde trabajador en Tijuana, Othón Cortés, un milusos en las campañas priistas y giras presidenciales.

Othón hacía de todo: manejaba, ayudaba, subía, bajaba, traía, llevaba. En su quehacer no existía el no.

El miércoles 23 de marzo de 1994 formaba parte del equipo logístico del PRI de Baja California, en la gira de Luis Donaldo Colosio.

Cuando el candidato bajó del templete en Lomas Taurinas y echó a caminar en medio de una turba hacia la camioneta para salir de aquel hoyo, caminaba entre Othón, a su izquierda, y Mario Aburto, que se colocó un paso atrás a su derecha, desde donde le disparó dos veces con su revólver Taurus calibre 38.

La sangre de Colosio alcanzó a Othón, que ayudó a su atropellado traslado hasta una camioneta para luego pasarlo a una ambulancia cuando ya, médicamente, Colosio había muerto del primer tiro que le había atravesado la cabeza y destrozado el cerebro.

Llegó hasta el hospital general de Tijuana en la camioneta que seguía a la ambulancia y allí vio cómo llegaba Diana Laura y cómo Liébano Sáenz, sobre un escritorio, anunciaba la muerte del candidato presidencial.

En la madrugada del jueves 24, Othón manejó el coche guía del convoy con el féretro del hospital al aeropuerto de Tijuana y quedó en el olvido.

Diez meses después, ya con Ernesto Zedillo en la Presidencia y Antonio Lozano en la PGR, Chapa Bezanilla lo había identificado como el segundo tirador, se lo llevó de su casa, lo torturó durante tres días y lo consignó al penal federal de máxima seguridad de Almoloya, en el Estado de México, donde ingresó como el reo 0595 y del que, exonerado por un juez, salió 7 de agosto de 1996.

Desde entonces ha vivido un infierno.
Demandó al gobierno federal por su encarcelamiento y tortura, y como perdió el caso, ahora le debe 18 millones de pesos por costas del proceso.

Así es la justicia en México, que, además, nadie corrige.

retales

1. Palabra. Jesús Zambrano había dicho que no permanecería en la presidencia del PRD un minuto más de su encargo, el 21 de marzo. Pero fue un cuento: se queda hasta el 30 de agosto para mantener control de partido y sucesión, Carlos Navarrete y no Cuauhtémoc Cárdenas;

2. Compra. Apareció el ex director del STC Francisco Bojórquez y reconoció que él decidió la renta de 30 trenes a la española CAF por 15 años en 18 mil millones de pesos, y dijo que son compatibles con las vías; y

3. Oceanografía. Amado Yáñez, dueño de Oceanografía, quedó arraigado ayer como parte de la averiguación de la PGR en su contra por lavado de dinero y fraude a Banamex. 

Nos vemos mañana, pero en privado.

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