El cuerpo en femenino

No creo que podamos ceñir el cuerpo de una mujer a los estereotipos, imposibles para la vida. Los cuerpos de las mujeres pasan por muchas transformaciones: durante la adolescencia, la maternidad y después de ella.

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Hace algunos años vi una película que hablaba de un transexual yucateco: una dama que se había realizado el cambio de sexo porque no soportaba tener cuerpo de mujer. Se sometió a muchas cirugías y finalmente se convirtió en un hombre obeso y calvo que muere de un infarto a los 40 años.

Me quedé pensando: ¿cuál es el cuerpo de una mujer? ¿El mío? ¿El de Vitola? ¿El de Maribel Guardia? ¿El de Chachita? No creo que podamos ceñir el cuerpo de una mujer a los estereotipos, imposibles para la vida. Los cuerpos de las mujeres pasan por muchas transformaciones: durante la adolescencia, la maternidad y después de ella.

Muchas conservamos vestidos con tallas de antaño y los miramos con cierta melancolía, conscientes de que no volveremos a entrar en ellos pero casi considerándolos un premio. Leo en las redes el caso de una adolescente de 14 años que se prostituía en línea, pienso en la importancia de decir a las jóvenes que ese cuerpo es suyo y cada experiencia vivida con él es un viaje que un día mostrará todas sus postales.

Comentaba con una maestra cómo las chicas se “enamoran” del maestro y no dudan en iniciar juegos sexuales con él. El maestro debe cortar de golpe esos juegos, pero a cierta edad las cosas ya pueden ser de dos. ¿Qué falta para que las adolescentes den más valor a aprender que a conseguir una calificación fácil?.

La banalización del sexo y el cuerpo va a la alta, en contraparte con el desarrollo del pensamiento y la perspectiva de un futuro basado en el auto respeto. Aprendemos a no sucumbir a las tentadoras ofertas por ser “una mujer de tv” y nos convertimos en mujeres reales y únicas. Me gusta la amabilidad del photoshop para la publicidad, pero me gusta más el contacto  donde nos miramos con la espléndida imperfección de cada uno y en el sueño utópico del amor:. Muchas mujeres se sienten culpables porque la maternidad no les permite recuperar su figura, pasan horas en el espejo y dejan de mirar al hijo que crece gracias a ellas. El cuerpo en femenino en todas sus facetas es hermoso. 

El photoshop les viene muy bien a los políticos, aunque les es imposible ocultar su mezquindad. Las mujeres somos hermosas, en todos los colores, tallas y locuras, pero no debemos olvidar la importancia de no juzgar nuestro cuerpo. Cada huella, cada cicatriz es como una herida de guerra, si la pasamos seguras de nosotras mismas, habremos ganado.

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