Ese día México habrá cambiado. ¿Por qué? Porque muchos médicos en su consulta privada se niegan a aceptar dinero plástico por la sencilla razón de que prefieren subreportar fiscalmente sus ingresos (algunos incluso hacen cara de fuchi cuando les pides un recibo). Digamos que gozan de altos privilegios, pues obtienen los mismos servicios públicos que los demás… pagando menos.

La aceptación de la tarjeta de crédito y debito en muchas empresas pequeñas y medianas es un reto, pero al mismo tiempo una oportunidad en el país. Un estudio de Visa —la firma de transacciones y pagos electrónicos— revela que la bancarización de Mipymes en el país crece al ocho por ciento. Es una cifra destacada que muestra la conveniencia que están encontrando las pequeñas empresas de entrar al sistema formal.

Empiezan a ocurrir fenómenos interesantes. ¿Cómo cuáles? La tienda de la esquina que, al ver que en su competidora Oxxo sí aceptan tarjeta, pide (ahora sí) que su banco le dé una terminal de punto de venta —para también aceptar plásticos—, porque ha perdido numerosos clientes frente al poderoso competidor. El efecto en esa pequeña tienda es que sus ingresos se vuelven fiscalizables, pero detiene la erosión de clientes que tenía frente a un Oxxo.

Viene una revolución de medios de pago hacia las Pymes. Dos datos son reveladores en el reporte de Visa: primero que “89% de los empresarios en México considera importante o muy importante separar los gastos personales de los del negocio”; y que “80% está de acuerdo que el uso de TPV incrementa sus ventas”. Esto implica que más pequeños negocios irán aceptando tarjetas. En adición, empieza a surgir la novedosa figura de los agregadores. ¿Qué son? Empresas que materializan la transacción electrónica con los bancos adquirentes a nombre de pequeños comercios. Es una solución valiosa para empresas chiquitas que aún no desean adoptar una TPV por su cuenta.

Hoy Visa liberará un reporte de Moody’s Analytics que afirma que durante los últimos cuatro años “el crecimiento en el uso de los productos de pago electrónico como las tarjetas de crédito y débito añadió 7.8 mil millones al producto interno bruto (PIB) de México”. Ojo.