El espermatozoide en la democracia

Vale decir que cada pueblo tiene derecho a decidir su forma de gobierno, pero el régimen monárquico no riñe con la democracia.

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La abdicación de Juan Carlos de Borbón al trono de España es asunto que principalmente interesa al pueblo español, pero en el mundo globalizado por las comunicaciones la noticia corrió por doquier a gran velocidad, dando lugar a los más diversos comentarios.

Ciertamente fue una figura de gran relevancia —con Adolfo Suárez— en la transición española después del franquismo, pero terminó su reinado bastante mermado físicamente, en medio del desprestigio ocasionado por frivolidades y actos de corrupción que involucran a miembros de la familia real. Todo ello ha propiciado que algunos nuevamente cuestionen si en pleno siglo XXI se justifica la monarquía o es tiempo para que España dé paso a la República. En otras palabras, se discute que sea un espermatozoide lo que lleve al trono a su hijo Felipe.

Sobre esto, vale decir que cada pueblo tiene derecho a decidir su forma de gobierno, pero el régimen monárquico no riñe con la democracia y que, desde que el mundo es mundo, los espermatozoides han hecho nacer hombres, razas, pueblos y naciones; han sido y son causa generadora de derechos, deberes, herencias y apellidos y, durante muchos siglos, elemento legitimador de reinos y potestades.

Y mientras unos hacen manifestaciones para que esas células salgan de la política y otros preparan la ceremonia, es muy probable que en la alcoba del que se fue y en muchas calles y callejuelas de España se estén escuchando coplas que hace más de cinco siglos hiciera nacer uno de sus grandes poetas, Jorge Manrique (1440-1478), a la muerte de su padre:

Recuerde el alma dormida/avive el seso e despierte/contemplando/cómo se pasa la vida,/cómo se viene la muerte/tan callando,/cuán presto se va el placer/cómo, después de acordado, da dolor;/cómo, a nuestro parecer,/cualquiera tiempo pasado fue mejor.”/“Pues si vemos lo presente/cómo en un punto se es ido e acabado,/si juzgamos sabiamente,/ daremos lo non venido/por pasado./Non se engañe nadi, no,/pensando que ha de durar lo que espera/mas que duró lo que vio,/pues que todo ha de pasar/por tal manera.”/“Ved de cuán poco valor/ son las cosas tras que andamos/ e corremos,/que en este mundo traidor,/ aun primero que muramos/ las perdemos;/ dellas deshace la edad,/ dellas casos desastrados que acaescen,/ dellas por su calidad,/ en los más altos estados/ desfallescen.”/ “Esos reyes poderosos/ que vemos por escripturas/ ya pasadas,/con casos tristes, llorosos,/ fueron sus buenas venturas/ trastornadas.”/ “¿Qué se fizo el rey don Joan?/ Los Infantes de Aragón,/¿qué se ficieron?/ ¿Qué fue de tanto galán,/ qué fue de tanta junción/ que nos trujeron?”./ “Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar en la mar,/que es el morir;/ allí van los señoríos/ derechos a se acabar/ e consumir;/ allí los ríos caudales,/ allí los otros medianos/ e más chicos;/ i llegados, son iguales/ los que viven por sus manos/ e los ricos.

Coplas que a todos nos recuerdan que nuestras vidas son tan solo instantes entre la nada y la eternidad. 

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