Hoy inicia el Festival de Cultura del Caribe en Quintana Roo, una fiesta iniciada en el gobierno de Miguel Borge Martín –a fines de la década de los 80– con la intención de consolidar a nuestro estado como escaparate y anfitrión de la cultura de esta región tan rica en manifestaciones artísticas y culturales, pero a la vez escasamente asimilada y comprendida.

Roberto Borge Angulo, sobrino de Miguel Borge, relanzó la propuesta del Festival, iniciado en condiciones adversas en al aspecto financiero, pero con un ánimo de participación que sigue intacto entre una población que tendrá acceso a toda la gama de opciones que ofrece esta propuesta que debe ser preservada y enriquecida con variantes que nutran la oferta, convirtiéndola en un atractivo irresistible para los turistas.

La continuidad es clave en las ediciones del Festival, ya que con el paso de los años irá afianzando la propuesta hasta ser confiable punto de referencia de propios y extraños, como ocurre en otras regiones del país.

Pero a partir del gobierno de Mario Villanueva Madrid el concepto fue distorsionado, pero lo sacó a flote a su estilo bronco y sin el respaldo financiero del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). 

Su sucesor Joaquín Hendricks colocó al frente a burócratas foráneos que no tenían el menor conocimiento de esta cultura, por lo que incorporaron grupos de teatro callejero europeos y otras manifestaciones de Australia, minimizando las propuestas del Caribe.

Por lo pronto, la buena noticia es el inicio del Festival de Cultura, una fiesta genuinamente quintanarroense que debe trascender voluntades sexenales.

“Mañana podemos ser nosotros”

Vecinos del fraccionamiento Residencial Chetumal –en la colonia Solidaridad– están preocupados por la ola de robos a casas habitación, por lo que convocaron a una reunión para este martes, dominados por la preocupación ante la ola delictiva.

“Ahorita han sido algunos vecinos, pero mañana podemos ser nosotros”. “Si nosotros no nos cuidamos, la policía es bien visto que tampoco lo hará”, advirtieron en el volante repartido en esa colonia.

Esto nos da una pálida idea de las dimensiones del desafío en materia delictiva, ya que decenas de chetumaleños han sido víctimas de atracos. Incluso, en ocasiones los delincuentes han robado hasta en tres ocasiones en la misma vivienda.

En un puñado de colonias de la capital del estado la situación es alarmante en materia de robos a casas habitación, por lo que es urgente una reacción en materia de Seguridad Pública, tanto a nivel estatal como municipal.

La reacción de los vecinos del fraccionamiento Residencial Chetumal nos confirma la gravedad del problema de enorme impacto social.