Ayer al mediodía, a la hora de escribir esta columna, una búsqueda en Google con la frase end of the world arrojaba una cantidad espeluznantemente gigante de resultados: 2 mil 730 millones. Creo que nunca había visto un tema que arrojara tantos resultados en ese motor (si uno busca The Beatles, el número de resultados equivale solo a la décima parte. Incluso la palabra Jesús arroja menos de la mitad de resultados que end of the world).

Si modificamos la búsqueda y escribimos Maya prophecies, el resultado es mucho menor, pero de cualquier forma considerable: 6 millones, 580 mil ligas. Si ponemos la fecha en inglés 21 December 2012, surgen 445 millones de resultados. Y si lo hacemos en español, las cosas salen así: Fin del mundo, 19 millones de resultados. Profecías mayas, 4 millones 420 mil resultados. 21 de Diciembre 2012, 146 millones.

El fenómeno social que ha implicado para mucha gente reflexionar, conversar o cuando menos abordar el tema del fin del mundo, y asociarlo mentalmente con el día de mañana, coincidentemente con las profecías mayas, es en sí solo una noticia. La NASA ha tenido que insistir en desmentir el supuesto apocalipsis incluso con la producción de videos.

El solsticio de invierno ocurrirá mañana a las 5 de la mañana con 11 minutos, tiempo del centro de México. El Universal Time Coordinated (UTC) marcará las 11 de la mañana con 11 minutos (misma hora de Londres).

En lo que escribo los párrafos precedentes vuelvo a hacer la búsqueda end of world y los resultados en Google se multiplicaron por tres: 6 mil 410 millones. Una locura.

Las versiones espirituales del significado del 21 de diciembre de 2012 son las más atractivas. El portal lightowrkers.org provee cientos de canalizaciones de arcángeles, seres de luz y maestros ascendidos, quienes desde el más allá han estado orientando a la humanidad acerca del gran cambio en conciencia que se experimentaría a partir de mañana.

Otro blog, sumamente inspirador, es el de John Smallman, que tres veces por semana baja información que viene de Jesús (sí, Jesús de Nazareth) y de Saúl, quienes hablan con insistencia y optimismo del despertar masivo de la humanidad.

¡Buena suerte!