El Gobierno Federal nos queda a deber
En materia de inseguridad –de lo que afortunadamente Yucatán se salva- las cosas no han mejorado.
A casi un año de su toma de posesión los ofrecimientos de mejoría que el Gobierno Federal publicitara tan elocuentemente no encuentran traducción en la realidad.
A los pocos avances –que sin duda los hay- se contraponen signos de estancamiento o de franco retroceso.
En materia política los últimos días nos muestran una faceta de desorden. La extraordinaria permisividad –que es incapacidad- demostrada por el Gobierno ante el chantaje de la CNTE daña no solo a la economía y los derechos de los ciudadanos. Acaso lo peor es que deja por los suelos la cultura de la legalidad enseñoreando la cultura del chantaje y de la impunidad. No es añorar la represión a las libertades pero un gobierno no puede poner en riesgo el orden legal.
En materia de inseguridad –de lo que afortunadamente Yucatán se salva- las cosas no han mejorado. Sabemos que el fenómeno es complejo y no atribuible a este sexenio. Pero el ocultar los datos no cambia la situación de que amplias zonas del país siguen bajo el control de la delincuencia.
Y para colmo, en la economía el “horno no está para bollos”. No sólo ha empeorado la microeconomía sino que la equilibrada macroeconomía heredada del sexenio anterior empieza a mostrar signos de recesión.
Entre otros datos la estimación de crecimiento del 3.5% para este año ha quedado si bien nos va en un raquítico 1.8%. De allí el incremento del desempleo y sus consecuentes males. Atribuible a un entorno económico mundial desfavorable, pero sobre todo a la ineficacia gubernamental para utilizar los instrumentos monetarios, fiscales, de gasto público que aminoren el daño.
En fin, que en este primer tramo el Gobierno Federal está quedando a deber. El tono triunfalista se enfrenta a datos negativos que el maquillaje no puede cambiar. Urgen rectificaciones si de verdad lo que se quiere es “Mover a México”.